viernes, 9 de octubre de 2015

Despedida

A todos aquellos que leen y todos los que paran a escribir por este blog, solo os quería decir que debido a una epoca personal movida dejaré de participar aquí. A partir de hoy no habrá más participaciones de Jack en el blog. Gracias por todo y suerte con todo.

Jack

jueves, 24 de septiembre de 2015

A presión

Lo que no entra en nuestra mente lo hace por alguna razón, aunque tratemos de meterlo a presión para conseguir se esa idea se nos quede. Pero rara vez esa idea permanece allí demasiado tiempo, siempre suele escapar, o nuestra propia mente la encarcela, enmudece o destruye con tremenda facilidad. Cuando algo no tiene cabida en nuestros pensamientos, pegarlo dentro, graparlo o clavarlo va a hacer más daño a nuestra mente que lo que se supone que ayudaría a que esa idea se quede dentro de nosotros. No llega a quedarse, a dejar poso, a dejar marca.
Y aunque al final nos quede claro y de alguna manera lo asumamos, el daño que nos hemos hecho en el proceso es a veces irreversible. Hay cuestiones que aunque podamos llevar a cabo si no lo hacemos por nuestra propia voluntad, es imposible llegar a conseguirlo. Y contraproducente. Puede que sacrifiquemos parte de nosotros mismos y no podamos volver a recuperarla.

Jack

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Destruir y construir

El mundo no es bonito, rara vez nos va a gustar la visión de conjunto que tengamos de él. Allí donde nos guste el entorno o el uso que se haga de él probablemente nos asquee la forma de ser de algunos de sus habitantes, que por pocos que sean pueden amargarte el día. Y por cada persona buena que encuentres y de fiar te habrás encontrado 4 o 5 que te habrían vendido a la mínima. Por eso nos es tan importante aprender de lo que nos ocurre en el transcurso de nuestros intentos. Nada nos sirve de nada si no adquirimos conocimiento de ello, auqnue sea erróneo o generalizado (ya lo perfilaremos o ajustaremos más adelante, pero hasta el material más básico nos sirve para aprender). Por eso no podemos vivir la vida con la inocencia de un niño pequeño, pues las hordas de manipuladores, de los cuales la mayoría no lo parecen (si no su éxito sería difícil), nos van a rondar y atacar en masa, y antes de que nos demos cuenta odiaremos grandes grupos de gente que no nos han hecho nada por generalizar por unas cuantas personas que nos han roto ciertas ideas. Y luego le echamos al aire la culpa de que unos idiotas nos hayan derribado mientras tratábamos de volar.
Y aún peor, tendemos a caer en el autoengaño para convencernos de ello, pues nos cuesta un mundo ser capaces de creernos que de verdad todo el mundo es tan dañino como aquellas personas como las que nos hemos cruzado. Forzamos a la mente a estar en alerta permanente, siempre a la defensiva, y detrás de una armadura no se vive igual.

Jack

jueves, 17 de septiembre de 2015

Destellos de genialidad

A veces las cosas nos llegan de golpe, pasan por la mente y se desvanecen al poco. Si no aprovechamos estos pequeños destellos de genialidad (como toda locura, son cuestiones efímeras, pero intensas) se desvanecerán y ni siquiera sabremos que han aparecido. Son cuestiones que al ser tan volátiles si no las aprovechamos no las echaremos de menos, ni siquiera sabremos que han estado ahí, pero si llegamos a ser conscientes de ellas deberíamos sacarles el mayor jugo posible. Son esos pequeños destellos de genialidad los que han diferenciado a las personas. Aunque hay gente que permanece sorda y ciega ante esos pequeños destellos de genialidad, ante esos shocks de su mente que le sacan todo el partido a sus capacidades.
Si somos conscientes, podremos averiguar muchas cosas de nosotros mismos de esos destellos, de esas locuras volátiles, independientemente de que su resultado final sea bueno o malo. De hecho, lo que aprendemos de estas cuestiones no lo podemos aprender de otras maneras, así que si queremos conocernos, tendremos que abandonarnos ante esos impulsos.Quizás eso nos enseñe lo que somos en el fondo.

Jack

sábado, 12 de septiembre de 2015

Seguridad inaceptable

Es extraño cuando por primera vez en mucho tiempo te ves sorprendido por algo, tu mente queda en una especie de limbo extraño donde no sabes muy bien hacia donde tirar. Y el hecho de que haya ocurrido de manera natural no nos llega a complicar. Pero el hecho de que venga de improviso, de cuestiones que pensamos que no nos llegarían a afectar, es otro tema. Reabre brechas que creíamos que ya habían sido cerradas o que hacía tanto tiempo que nos habíamos hecho que de alguna manera teníamos ya olvidadas. Y cuando esto aparece ¿qué significa? Ni la más mínima idea de qué hacer ante ello. La persona a la que le ocurre ni siquiera está acostumbrada a que algo así le sorprenda, impacte o extrañe, por lo cual es todo hasta más extraño. Cuanto más planificada tiene uno la vida más le extraña que algo se salga de lo normal y nos estalle en la cara, o que simplemente penetre nuestras defensas. No hay defensa definitiva, no hay lugar completamente seguro, y no siempre la seguridad es una opción que nos vaya a ir bien.

Jack

viernes, 11 de septiembre de 2015

Siempre hemos podido

Muchas veces nos encontramos ante cuestiones en las que no intentamos nada o nos quedamos paralizados por el hecho de que "nunca hemos podido hacer eso". Nunca hemos podido hacer eso, lo decimos como si eso, por si solo, indicara una razón más que justificada. Valdría y pesaría más un "no quiero hacerlo" o "no me siento preparado para hacerlo", pero un "nunca he podido hacerlo" no indica nada, si acaso dejadez, ya que ni siquiera implica miedo.
Lo que pesa a la hora de hacer algo no es si alguna vez hemos podido o no hacerlo, porque incluso aunque sea cierto que nunca hayamos podido hacerlo, hay que sacar en claro la razón por la que esto llega a ocurrir. No es lo mismo no haber podido hacerlo por falta de recursos (los cuales puede que ahora si que tengamos), por falta de ganas (lo cual sería más parecido a no querer hacerlo), o por miedo a probarlo (lo cual sigue sin ser excusa racional, ya que los miedos son, realmente, irracionales, y si podemos racionalizarlo es un miedo creado por uno mismo). La razón en sí dice más que un "no he podido hacerlo".
Y es que la razón lo implica todo. Porque que no hayamos podido hacerlo en otro momento no implica nada, ya que puede que a día de hoy hayan mejorado nuestras capacidades, hayamos superado nuestros miedos o nuestros recursos para afrontarlo sean mucho más extensos. Pero claro, es más fácil basarnos en que nunca hemos podido hacerlo para ni siquiera atrevernos a intentarlo.

Jack

domingo, 23 de agosto de 2015

Bloqueos mentales

Todo el mundo pasa de vez en cuando por alguna situación de bloqueo extraña, en la que aunque puedes hacer todo lo que sueles hacer de manera normal sin malos resultados, notas que algo no va como solía ir. A veces se nota es que no te apetece dibujar, otras en que no tienes inspiración para leer, y otras para escribir, a veces solo la gente quiere estar a solas, y otras sin embargo tiene pánico a quedarse sola. Ningún bloqueo es igual a otro. Y está claro que para salir de un bloqueo tenemos que encontrar algo que nos estimule en aquello que nos cuesta trabajar. ¿Qué será? Es difícil saberlo de antemano, ya que simplemente algo ocurrirá y hará clic en nuestra cabeza y a partir de ahí saldremos del bloqueo, de manera tan repentina como entramos probablemente. Y cada uno de esos bloqueos nos acaba revelando algo de nuestra naturaleza, ya sea por su origen o su resolución, son nudos entre el tiempo de recuerdos, puntos de no retorno no elegidos, y como tal, debemos dejar que fluyan y no obsesionarnos, pues de ellos no se sale de manera obligada, aunque sea uno mismo el que se obligue. Es una tormenta que azota el barco en alta mar y no nos debe preocupar la velocidad del barco, solo que seamos capaces de mantenerlo estable y que no se hunda hasta que la tormenta pase.

Jack

sábado, 8 de agosto de 2015

Autoengaño consciente

¿Buscas algo con un nombre o le pones ese nombre buscado a aquello que quieres encontrar? Cada vez menos gente busca lo que se supone que busca, no busca esa versión original de lo que querría haber encontrado, sino que busca algo parecido y lo más moldeable posible (de hecho es casi más importante que sea moldeable a que sea parecido). Ya sea una afición, por ejemplo, (te gusta hacer X cosa y por algún motivo o casual no puedes hacerlo, por lo que buscas algo que te resulte parecido y de esa manera vuelcas todas tus expectativas en ello hasta que creas que es lo mismo que buscabas), o una persona (no encuentras una persona con las características que quieres en una pareja, pero al no encontrarlo, o encontrarlo y no atrever a intentarlo, encuentras algo parecido a lo que poder moldear hasta que parezca lo que tú querías, de manera que por un tiempo calmas tus expectativas, pero a la larga el autoengaño pierde fuerza). Autoengañarnos es absurdo, pero hacerlo con total conocimiento de causa es más triste aún, si queremos algo, vayamos a por el premio completo, no nos quedemos con algo parecido para evitar tener que seguir luchando.

Jack

miércoles, 5 de agosto de 2015

Espejo roto

El espejo en el que siempre te miraste está roto. Tú mismo lo rompiste el día que decidiste seguir un camino distinto. No hiciste mal, por el camino que ibas no había nada para ti. Pero en el siguiente no tienes ni idea de lo que habrá. Y ya no tienen ningún espejo en el que verte para saber si el nuevo camino te ha cambiado. Te tratas de observar el charcos, en ríos, pero cualquier movimiento del agua desfigura la imagen que tienes delante. Y al final decides que no te tienes que mirar y controlar, solo seguir el camino y dejar que haga contigo aquello que tú hayas elegido que haga. Y acabas encontrando otro espejo en el nuevo camino, y vuelves a tratar de no parecer diferente ante el mismo. Y entras de nuevo en la espiral de conformismo que el camino anterior te atrapó. Pero ya nadie puede atraparte, tu alma camina por delante de tus propios pasos. No eres consciente pero luchas contra ello, internamente, con tu mayor fuerza. Acabas durmiendo al lado del espejo, y al despertar por la mañana ves que está roto y tienes que volver a cambiar de carril, de camino.
Sonríes mientras emprendes tus nuevos pasos. Sabes que has vuelto a ser tú quien ha roto ese espejo. Te has vuelto a salvar. Y seguirás haciéndolo.

Jack

domingo, 2 de agosto de 2015

Uniforme

Pensamos que todo va a ir recto, como un tiro, solo porque hemos invertido (o al menos lo creemos) lo suficiente como para que lo que hacemos sea un tremendo y completo éxito. Y las situaciones son entes que consumen nuestro esfuerzo, que nos pide más y más cada vez, hasta que se cierran. Cuando más tiempo mantenemos una situación abierta, por bien o mal que vaya, mayor es el nuevo esfuerzo que nos pide, tanto emocional como mental, que dicha situación nos exige. Y toda situación exige cada vez más hasta que llega el momento que la cerramos. Y podemos aguantar varias situaciones de este tipo a la vez consumiendo nuestro esfuerzo y energía, pero llega un momento en el que son demasiados frentes abiertos y hay alguno de ellos en los que vamos a empezar a flaquear, de manera terriblemente inconsciente, y puede ser un tema que tenemos ahí acumulado por pereza o el más importante de todos los temas que tenemos abiertos en nuestra vida. No elegimos qué frente falla, y éste puede desembocar en un mal menor (una situación que llevaba mucho abierta pero que no pasaba de ser una mera alucinación con un porcentaje para ocurrir realmente muy pequeño) o desestabilizar todo nuestro mundo.
Por eso, cerrar aquellos temas que sinceramente sepamos que no le podemos sacar más rendimiento no solo es lógico, sino que también, de alguna manera, es necesario. Para nuestra propia mente, y el reparto de nuestra energía.
No puedes vencer todas tus batallas, pero puedes elegir cuáles luchar.

Jack

martes, 28 de julio de 2015

Soltando lastre

Suelta esa decepción, que quema en la mano, déjala caer desde lo alto del precipicio, déjala caer y mira cómo cae, cómo se aleja, cómo rebota en cada roca. Y por último, escucha el glorioso sonido que hace al hacerse añicos contra las rocas, y como suena el mar cuando la aleja de la costa, a un lugar donde a nadie le volverá a molestar.
Hay algunas que son más resistentes, que están aferradas a nuestra mano. Pero nos la podemos arrancar, nos quitaremos piel, nos dolerá, pero será mejor que la reacción de esa decepción. Si esa decepción sabe que vamos al precicipio, no dará muestras de su agilidad, esperará a que la lancemos y tratará de empujarnos con ella al fondo, donde todas las demás decepciones rotas descansan. Si no luchamos y tratamos de vencerlas, nos acabarán lanzando, y volver a subir ese acantilado será de todo menos agradable.
Y está las peores, las que se te necrosan en el cuerpo y tratan de hundirte, de manejarte,de alejarte de ese precipicio del que saben que no saldrían vivas. Y cuanto más les dejemos que nos manejen, más nos controlarán y nos alejarán. Eso es el autoengaño. Y para salir del autoengaño solo hay una solución, y es tocar fondo, en ese precipicio metafórico, debemos lanzarnos, tocar fondo, y dejar que esas decepciones se rompan en mil pedazos, y después, rehacernos de nuestras cenizas. Solo si hacemos eso volveremos a alzarnos victoriosos desde lo alto de precipicio.
Ese precipicio metafórico es nuestra autoestima, y cada vez que desde lo alto que alcanza nuestra autoestima lanzamos algo que nos molesta, desaparece de nuestra vista y deja de ser un problema. Pero si  nos autoengañamos no hay más solución que tocar fondo ya que toda altura que creamos vivir será plenamente inventada, mirar a los ojos a la realidad, y volver a recuperar el control de nosotros mismos desde cero, por duro que suene.

Jack

lunes, 27 de julio de 2015

Némesis.

Detrás de tanta "maldad", de tantos golpes por capricho, de tanta indiferencia, de tanta mente fría y calculadora hasta en los momentos más delicados, después de todo eso, hay una niña. Con toda la inocencia y el miedo que refleja la palabra. Llena de dudas, de preguntas, de desesperación al no saber lo que le pasa. Una niña cansada. Cansada de los infinitos sinsentidos que nacen en su cabeza y desembocan en acciones que terminan por destrozar todo lo que haya a su paso, incluida ella misma.
Seré sincera. Esa niña no se arrepiente del mal que ha causado, y no será hipócrita diciendo que sí, que lo siente mucho. Porque la vida es así, o soy yo o es el resto y sinceramente esa etapa de pensar en el resto la pasé hace bastante tiempo para dar paso a una nueva etapa. Tal vez no sea una etapa mejor, tal vez sea una etapa incluso peor pero a pesar de ello, es el momento más glorioso de mi vida. Podrá sonar egoísta, porque lo es para el resto de personas, pero yo me adoro así.
Me hundo a mí misma para más tarde recoger mi cuerpo inerte y resucitar con más fuerzas aún.
Yo, la única persona que realmente me amará por el resto de mi vida, mi liberación y mi condenación,  mi propio némesis.
Y es desgarrador, es casi insoportable el dolor que se siente al no poder entender lo que realmente deseo, al no entender lo que hago, al no entenderme. Pero es hermoso, la incertidumbre es lo más bonito que pueda existir. Aquello que escapa de nuestra lógica y crea nuevas sorpresas. ¿No es bonito encontrar esa sensación en nosotros mismos?
Al final de todo esto no logro sacar una idea en claro. No sé si es bueno. No sé si es malo. No sé si sirve de algo el hecho de intentar explicarlo. No sé si lucho, o simplemente descanso.

Lili


domingo, 26 de julio de 2015

Ni cuándo ni cómo

Funcionamos a través de razones, de motivos, de porqués.
Podremos tener delante el momento adecuado y perfecto, y en la cabeza todos los tópicos que queramos sobre que el momento adecuado no ocurre dos veces, que ciertas oportunidades no se repiten y demás, pero aún así, si no tenemos un motivo, una razón clara, no haremos nada.
Podremos tener el plan perfecto, calculado y adecuado para acercarnos lo más posible al 100% de efectividad aunque no lleguemos jamás a esa cifra, pero si no tenemos un motivo para ir más allá, de nada nos servirá, nos faltará la motivación y concentración necesaria para hacer efectivo el plan con todas sus garantías.
Necesitamos motivos, y todo lo que hacemos tiene un motivo detrás de sí. O puede que durante una epoca hagamos las cosas sin un motivo concreto pero eso no va a durar para siempre. Con el tiempo aprenderemos a economizar nuestro esfuerzo y energía y solo nos dejaremos la piel en aquellas cosas que queremos hacer. Todo lo demás se saldrá de nuestros parámetros posibles. Por mucho que queramos, nadie se tira piedras a su propio tejado, y si lo hace es porque tiene una buena razón.

Jack

jueves, 23 de julio de 2015

Imitación tóxica

Escuchando una canción me he cruazdo con la siguiente frase "Para ser feliz no aprendas del aprendiz" y para ser una frase tan simple, me ha dado en qué pensar. A veces tratamos de aprender a ser felices viendo como lo son otros. "Esa persona parece feliz practicando X deporte, debería practicarlo yo" "esa otra persona parece feliz comprándose ropa, debería comprarme ropa nueva" o "esa persona es feliz follándose a todo lo que pilla, debería hacerlo yo también". Es cierto que venimos de primates y que tenemos un reflejo de imitación bastante grande, pero en situaciones como estas se nos vienen en contra la verdad. Puede que X persona parezca feliz haciendo algo, pero eso no garantiza que realmente lo sea, ya que las personas también sabemos fingir la felicidad, y puede que a uno mismo esa solución no le sirva para alcanzar la felicidad. La felicidad es algo muy propio, muy personal, y está formado de tantas pequeñas cosas distintas en cada persona, que es absurdo que por imitación la vayamos a alcanzar. Que sí, que tendremos que probar por ensayo y error continuamente a ver qué es lo que vamos sintiendo, y que sensaciones nos da lo que hacemos, pero hacerlo siempre por imitación acaba siendo tóxico.

Jack

lunes, 20 de julio de 2015

Éxito voluble

A veces el éxito está en vencer por encima de muchas más personas.
En otras ocasiones el éxito es no salir mal parado de las situaciones que no pudimos salir vencedores.
En otras está en sacar al menos algo de botín de una batalla escasa y difícil.
A veces está en conservar tu determinación a pesar de haber sido destrozado por la maquinaria de aquello que intentaste realizar.
Puede que en alguna ocasión el éxito lo marque un gran trofeo.
Y puede que a veces tu éxito sea el saber que aunque en ese momento eres un montón de ceniza en el suelo, en un momento dado renacerás como un fénix y todo volverá a empezar.
Hay pocas cosas tan volubles como el éxito, quizás solo la felicidad, pues ambas dependen en todo momento de nuestra situación personal en el momento concreto y de cuál sea nuestra aspiración.

Jack

domingo, 19 de julio de 2015

Fortaleza


La mayor fortaleza se esconde tras los muros más simples, más básicos, menos decorados. Tras aquellos que todo el mundo, por comunes, dejar de mirar tras los dos primeros vistazos.

Jack

¿Autocompasión?

Y a pesar de que soy plenamente consciente de que toda la culpa es mía, me gusta que el resto no lo vea así. Que se equivoquen y crean que simplemente me autocompadezco.


martes, 7 de julio de 2015

Contaminados con sueños

Nos han dicho que podemos ser lo que queramos, mientras se nos educaba para ser menos exigentes con aquello a lo que podíamos aspirar. Se nos ha animado a estudiar carreras, tener grandes estudios, luchar por un trabajo de ensueño, para luego ofrecernos lo mismo que tendríamos sin haber estudiado, solo que con un título muy caro. Se nos ha enseñado lo increíble que es la velocidad, y la sensación que deja, pero luego se nos prohíbe la misma. Se nos ha dicho que no dejemos que nadie nos pise, pero luego se nos inculca que casi hay que lamerme los zapatos al jefe. De pequeños nos dicen que todo es posible, y de adultos que si de verdad podemos permitirnos tenr sueños con esos sueldos y una hipoteca a las espaldas. Es unputo mundo bipolar, donde han hecho volvar a nuestras mentes, para luego devolverla a ostias al suelo.

Jack

domingo, 5 de julio de 2015

Clasificados

Convertimos a las personas en estereotipos, lo cual hace que si alguien tiene un 60% de los rasgos de una tribu urbana, para nosotros y nuestro entendimiento estará en esa tribu urbana. ¿Y está esto justificado? Es demasiado pretencioso creer que porque se parezca en porcentaje alto a los miembros de una tribu urbana o de un arquetipo social va a tener que pertencer obligatoriamente al mismo. Y en realidad no es justo, porque cada persona es una construcción de muchas cuestiones diferentes, para que sea tan fácil definirlas con una sola palabra. Los estereotipos pesan. Igual que se cree que la gente atractiva no es demasiado lista, cuando realmente el atractivo y la inteligencia tienen poco que ver, se pueden dar ambas en cualqueir porcentaje y combinación posible en cualquier persona. O que una persona de rostro dulce no pueda ser morbosa. No sé, no es que nos fijemos demasiado en las apariencias es que construimos nuestras propias teorías sobre esas apariencias y ya es lo peor, pues ni siquiera la base donde construimos nuestras teorías es realmente sólida. E incluso peor que esto son los "bienqueda" esa masa de personas que hacen como que aceptan todo, y que todo es excepcionalmente bueno, y no se pueda ni criticar dentro de unos límites teniendo en cuenta que alguna de estas cuestiones son, como poco, nada sanas, como por ejemplo, gente que llena sus perfiles de publicaciones a favor de gordibuenas y fofisanos pero luego no eligen a nadie fuera de la gente atractiva o los tipicos mazados de gimnasio. Cada uno que haga lo que quiera, pero en ciertos comportamientos se nota que lo que falta es mucha coherencia.

Jack

Diferencia indiferente

¿Alguna vez te has planteado en cuántos planes vitales entramos de los que no somos apenas conscientes? Es probable que sean muchos más de los que podamos imaginar, y en cada uno de ellos cambiamos los papeles. En alguno entraremos como compañero de quien hace el plan, en otros como un némesis (a veces necesario y en otras innecesario para activar la acción propiamente dicha), en otras como un colaborador necesario, en otras de observador imparcial, en alguna como simple parte del paisaje... Para cada vida tenemos un papel y no hay dos papeles iguales, incluso aunque dos personas nos quisieran para un mismo papel, no sería el mismo guión el que estuviera planteado para nosotros.
Y uno mismo también lo hace, incluye en sus planes vitales a muchas personas distintas, asignándoles papeles disitntos dentro de esos planes. Y al final, ambos tipos de interacción se juntan y dan lugar a las complejas relaciones que vemos día a día, de cualquier tipo.

Jack

sábado, 4 de julio de 2015

TODO y NADA

TODO y NADA no son distintos. Son partes del mismo círculo, unas veces estarás rozando uno de ellos con la punta de los dedos, y otras veces te estarás hundiendo en la otra. Pero no están tan separados, solo son partes de una rueda en la que papostamos y giramos continuamente, pero lo que nos movamos en la rueda dependerá en su mayor parte de lo que apostemos, ya que nos dará mayor variabilidad. Con una apuesta alta, podemos pasar de NADA a TODO en un momento, o de TODO a NADA en la misma cantidad de tiempo, sin que esto implque que sean contrarios. Solo son puntos del mismo círculo. Pero nunca queremos saber que NADA existe si estamos muy cerca del TODO, y aprovechamos y apostamos poco, y siempre estamos ojeando en el horizonte si vemos a TODO cuando estamos hundidos en el fango de la NADA. Depend de lo que queramos buscar, y del punto en el que nos encontremos, querremos ver más cerca o lejos del punto en el que nos hallamos.

Jack

jueves, 2 de julio de 2015

Sudor y tabaco.

Recibo a la noche llorando, como siempre, de impotencia. Decido tomarme un descanso y me dirijo a la ventana con un paquete de tabaco y nada más. Asomo al llegar, la cabeza, con los ojos cerrados, intento que me llegue el olor a pino que desprenden los árboles de la vuelta. En vez de esto, huelo a contaminación y a muerte. Me intoduzco de nuevo dentro de la habitación con mal cuerpo. Me tiembla el pulso pero aún así saco un cigarro y me lo coloco entre los labios. Allá vamos. Tomo el mechero con la mano derecha y lo enciendo. Aspiro. La piedra quema y lo devuelvo a la caja. Cojo el cigarro con dos dedos y tras soltar el humo me lo vuelvo a llevar a la boca. Me hipnotiza ver cómo sale lentamente, poco a poco. Entonces empiezo a olvidar por qué estoy fumando sentada en la ventana, mirando hacia la luna, que lo ilumina todo. Le pido que me haga feliz al menos un momento. Se consume poco a poco el cigarro y lo apago. Otro le sigue.
Son ya las cuatro de la mañana y llevo dos horas en la ventana. Decido moverme con un sabor apagado de tabaco en la boca. Me caigo en la cama y me cubro la cabeza con la sábana. Apenas veo nada, sólo la luz que se cuela por la ventana. Ahora sólo escucho el silencio. O quizá no, quizá sea un silencio falso porque...puedo oír las manecillas del reloj, infrenables, las motos aceleradas en la carretera, los borrachos del bar de abajo que se quejan porque no pueden pagar, a los árboles susurrar.
Se me pega la sábana a la piel, estoy sudando y no sé si es de calor o excitación ya que estoy desnuda. Debería sentirme agobiada por ello, pero me niego, esta noche decido disfrutarla a solas.

Abrahel.

miércoles, 1 de julio de 2015

Una de mordazas

Hoy me toca hablar de política, ya me gustaría hablar de mordazas por un tema de mordazas por BDSM o algo así. Pero no, hoy nos han puesto una puesto una mordaza gubernamental, gigantesca. Quitándonos y criminalizando el derecho de protesta. ¿Que no tienes hipoteca? No pasa nada, si te detienen en una manifestación tendrás que pedir un crédito para pagar la multa, así que ya tendremos nuestra propia hipoteca. Por no decir que si grabas a un policía pegando a un manifestante de manera injusta, probablemente los únicos que tengáis sanción seáis tú, por grabarlo y difundirlo, el manifestante por estar en la manifestación, y el policía se irá de rositas. Y se nos podrá retener más tiempo en una comisaría, etc, etc...
Lo que no entienden es que criminalizar algo que entra en una conducta normal solo convierte a la gente en los criminales en los que pretenden convertir. En la época medieval, para evitar el pillaje y los robos, se empezó a castigar el robo con la pena de muerte, la misma que tenía el asesinato. Así que aquellos que robaban empezaron a matar a los expoliados pues ya que la pena era la misma, si les pillaban ya... además al matar a la persona robada disminuían las posibilidades de que les cogieran.
Pues criminalizando la protesta ocurre lo mismo. Si nos cuesta lo mismo juridicamente una manifestación pacífica que una violenta, estáis abocando a que la gente, sabiendo que la pena será la misma, haga manifestaciones violentas. Total, ya que se les va a castigar con la misma pena.
Luego, puede que se preocupen porque las manifestaciones disminuyan en número, pero es que la mayor protesta que va a realizar este pueblo, va a ser en las urnas, que parece que es el único momento en el que les interesa nuestra opinión. Y al igual que han cambiado las leyes para callarnos, las leyes cambiarán para castigarles por todos estos años que nos están dando. El tiempo lo devuelve todo.

Jack

domingo, 28 de junio de 2015

Vivir a remolque

Y deberíamos ir asumiendo que es imposible ayudar a aquellos que no quieren que se les ayude, y que quien no quiera hacer esfuerzos por sí mismo para conseguir las cosas, dejará de avanzar en cuanto la gente se canse de hacer las cosas por esa persona. Es lo más absurdo de esto, vivir a remolque, sin más, creyendo que el entorno te va a solucionar todo o queriendo que lo haga. Por cuestiones así hay gente que jamás avanza, aunque en la mayoría de las ocasiones echa las culpas a otros (no quiere hacer mínimos esfuerzos, se va a quedar con la culpa), y, cuando ya todo el mundo se ha cansado de tirar de una roca inamovible, también echa la culpa a los demás de no ayudarle, cuando lo más probable es que nunca quiso ser ayudado. Estas personas, son marcas en el camino, que siempre están en el mismo lugar, y que con el mismo tiempo es probable que acaben consumidad por su propia forma de ser, mientras que todos aquellos liberados de su influjo tendrán una vida más adelante de ello.

Jack

Siempre o nunca

¿Para qué un siempre o un nunca? ¿De qué nos sirve limitar algo a un periodo de tiempo? Aunque este periodo de tiempo al que queramos ajustar las cosas sea algo parecido a un infinito, estamos  tratando de limitarlo, y de tanto pensar en la duración de los momentos, es cuando dejamos de disfrutar lo que ocurre, y las cosas se acaban, y no nos hemos dado ni cuenta de porqué, pensando en nuestros infinitos y nuestrso jamás. Nada es para siempre, por mucho que lo cuides tiene un final, pero este final puede abarcar años, o semanas, y dependerá de lo que se pueda cuidar dicha elemento, por todas las partes implicadas en el mismo. De ti y de lo que hagas dependerá que lo que hagas tenga una marca permanente en tu memoria, es lo único en lo que realmente puedes influir.

Jack

sábado, 27 de junio de 2015

Limitados o potenciados

Límite, y limitación. Convertimos a uno en otro. Que algo sea un límite no implica que vaya a ser una limitación en aquello que nosotros hacemos, ya que los limites son flexibles, un límite lo podemos mover nosotros hasta aquellos lugares a los que queramos o no llegar, pero al convertirlo en una limitación, lo hacemos inamovible, porque de alguna manera asumimos ese límite como algo propio, lo incorporamos a nuestra manera de actuar. Muchas cosas que nos encontremos no nos afectarán a nivel real hasta que lleguemos a ese punto en el que lo asumimos como algo propio y por lo tanto lo hagamos algo personal. Ahí será cuando nos limite o nos potencie. No habrá más.

Jack

martes, 23 de junio de 2015

A Morfeo le pido.

Esta noche le pido a Morfeo que me lleve con él. Que me arrastre hasta un sueño donde pueda ser feliz. Que me aleje de este mundo, de este odioso instante en el que maldigo el momento de mi nacimiento. Sólo deseo caer en sus brazos y que como la niebla, ligera, cargue conmigo hasta el final. Que haga lo que quiera con mi cuerpo pero que deje descansar mi castigado espíritu.
Yo aguardaré ansiosa su llamada, su voz susurrando mi nombre suavemente.
Y aunque no pueda volver, hoy le pido a Morfeo que me lleve muy lejos.

Abrahel.

domingo, 21 de junio de 2015

Obsoletos

En cierto sentido nada cambia. Si no estamos dispuestos a que ocurra. Por mucho que el mundo cambie a nuestro alrededor, que la gente haga las cosas de manera distinta, y demás, si nosotros nos negamos a que esos cambios lleguen a afectarnos no lo harán, pero corremos el riesgo de volvernos "obsoletos" ante el entorno. Y aunque en principio esto no parezca tener demasiada relevancia, es algo que se nota en el momento en el que tenemos que reaccionar con cierta rapidez ante algo imprevisto, ya que estamos jugando a un juego del que no podemos salir, pero cuyas reglas han cambiado y del que hemos decidido ignorar esos cambios, y nada nos suena. Nos sentimos extranjeros en un juego en el que puede que en el pasado fuésemos los reyes, o quizás simples peones, pero sabíamos cómo hacer las cosas a nuestra manera. Como si fuésemos un robot de madera tratando de apagar un incendio, nos la jugamos mucho más de lo que ocurría anteriormente, y a menos que nos queramos dar cuenta, nuestra existencia en este juego está contada, si valoramos la existencia como ese tiempo en el que tenemos la capacidad de cambiar algo. Después de eso, será peor, pues pasaremos a ser muebles, parte del paisaje, con movilidad e ideas, pero incapaces de llevarlas a cabo. Una bonita pero inútil decoración.

Jack

jueves, 18 de junio de 2015

Harto pero luchando

Las segundas oportunidades se han convertido en algo en peligro de extinción en mi vida. No porque sea un rencoroso, aunque la verdad que siendo sincero puede que perdone pero jamás olvido, mi memoria es una de las pocas cosas que evitan que salga más lastimado de lo que suelo salir. Pero no es que sea un escéptico ante las segundas oportunidades, y si alguien se las merece soy el primero que no tiene ningún problema en dársela, pero la verdad es que la gente que ha pasado por mi vida se ha ganado a conciencia que deje de creer en esas cosas. Creo que algo que ya has probado y tratado de exprimir una y otra vez con cada vez peor resultado, es imposible que acabe dando algo bueno. Por más que hagas y te esfuerces no puedes sacar nada bueno de donde no lo hay. Así que eso toca, cerrar ciertas puertas tras usar ciertas oportunidades, porque saben que aunque vuelvan en el futuro, solo será el pasado tratando de morderte el culo, y si cierras esa puerta tal vez puedas avanzar, de alguna manera, sin que nada te ancle o te lastre en exceso.

Jack

martes, 16 de junio de 2015

.

¿Puedes volver a ser el mismo sin que se den las mismas circunstancias que te hicieron así? ¿Volver a una forma de ser antigua y que abandonaste porque tenía hábitos nocivos? Aunque sea sin esos hábitos nocivos. Por lo que estoy viendo y viviendo, parece que sí. Y de hecho, esa forma de ser me gustaba, me apuntaba a todo, nunca me aburría, hacía de todo, pero siempre con el alcohol de por medio. Y parece que estoy recuperando esa parte, estoy recuperando a Jack, esa parte de mi personalidad que tanto me gustaba, esa persona que me encantaba ser. Si soy capaz de recuperarle y mantenerla, debería hacerlo, siempre que no me lleve a las conductas nocivas de entonces. Si soy capaz de adaptar y fusionar esas dos partes de mí, algo cambiará.

Jack

lunes, 15 de junio de 2015

Inconsciencia programada

A veces simplemente todo se queda en off, se paraliza. Para darnos un poco de espacio o simplemente para que podamos reflexionar con cierta tranquilidad. Nuestro propio reloj interno pausa nuestro análisis sobre lo que ocurre, lo hace invisible, inapreciable, para que seamos capaces de observar nuestros propios mecanismos internos y mentales, y ver qué es lo que funciona, qué es lo que no funciona, y qué funciona en la parte equivocada del mecanismo.
Pero observar eternamente no es la clave, ni siquiera llega a ser una situación temporal. Si Dorian Gray se hubiera decidido a observase eternamente su retrato se habría consumido al instante. Si Rick Deckard hubiese programado en el climatizador del ánimo Penfield un estado de ánimo que le hiciese estar de acuerdo con todo, muchos androides que habían matado a sus dueños habrían seguido campando a sus anchas.
O puede que...
Puede que ningún libro nos vaya a salvar de mirar dentro de nosotros mismos.
Por mucho que leamos situaciones decadentes en las palabras de Bukowski, envueltas en temáticas de sexo, alcohol, apuestas y miseria humana, nuestra vida no va a ser más o menos decadente. Distraerá nuestra mente, pero por suerte o por desgracia no cambiará nuestro mundo.
Y por mucho que leas lo que ocurre en el 123 de paper Street, y los planes del proyecto no vas a conseguir que tu mente se radicalice, ni va a resonar continuamente en tu cabeza "lo sé porque Tyler lo sabe" entre un mar de insomnio que haga que cada día parezca una copia de una copia de una copia. No pelearemos en el sótano de un bar sin camisas ni zapatos, aunque estemos llenos de odio y rabia, , no recitaremos unas reglas que no debiéramos conocer. Por mucha rabia que llevemos encima estas batallas como mucho ocurrirán dentro de nuestra mente, nada más.
Ninguna historia nos cambiará de golpe...
Ni escuchar norwegian blues nos va a convertir en Watanabe, ni va a hacer que tengamos una historia hermosa y trágica con una chica llamada Naoko.
Las historias nos ayudan a escribir y reescribir nuestra mente y nuestras ideas, pero tenemos que estar dispuestos de antemano a que eso ocurra, ya que de nada serviría tratar de moldear arcilla ya fría. Las nuevas ideas solo sirven de algo si caen en mentes que estén dispuestas a recibirlas. 

Jack

Entrada tambien en  http://elphdelasideas.blogspot.com.es/2015/06/inconsciencia-programada.html

domingo, 14 de junio de 2015

Decadencia.

Cuando lo "feo" se torna hermoso gracias a una oportunidad que solo le brindan tus ojos. Cuando la decadencia se vuelve arte y lo idílico queda en un segundo plano. O tal vez en primero, pues el dolor se vuelve algo quimérico,  de ensueño.
Lili


martes, 9 de junio de 2015

Invierno en Prypiat

Y puede ser que todo sea una montaña rusa que un día estás arriba, y otro en el suelo, que unas veces crees que vuelas y otras, sin embargo, te están enterrando. Pero yo creo que, si la vida y las emociones son una puta montaña rusa, prefiero ser la persona que lo está pasando mal o bien mientras el aparato sube, baja, acelera y frena, que la persona prudente y sensata que se queda abajo de la atracción mientras los otros montan y que se siente segura por estar ahí y no arriba. Y nada le hace sentirse bien, ni mal, ni alegrarse, ya sea porque la atracción vaya deprisa y le guste o porque la atracción esté llegando al final de su viaje. A quién le sirve de algo un abrigo si ha decidido quedarse a vivir en Prypiat, entre el frío y la radiación, porque tiene miedo a alejarse de lo que conoce, aunque pueda casi asegurar que fuera de allí habrá algo seguramente mejor.

Jack

jueves, 4 de junio de 2015

Montaña rusa

Nos gusta el equilibrio, nos hace sentirnos estables, confiados, hace que pensemos que estamos en el camino correcto, o que el lugar en el que estamos es más duradero de lo que creemos. Pero llega un punto que hasta el equilibrio se vuelve monótono, aburrido, extraño, y nos sentimos incómodos en él.
Y no solo nos ocurre a nosotros, la propia vida conoce poco de equilibrios, se aleja de ellos. Puedes pasar epocas realmente largas sin nada que poder hacer, sin muchas posibilidades de mejorar, y que en un momento concreto aparezcan a la vez todas las oportunidades de mejorar que en su momento conociste y perseguiste, pero que no te sirvan de nada, porque por sí mismas son incompatibles. Unas veces tendrás mucho de cualquier cosa, y otras no tendrás nada, nada de nada. Estarás una vez en la cima de la motaña y otra en su base, pero no recordarás haber subido ni bajado, ni nada de lo que deberías haber vivido en el trayecto. Como si no fuese más que un ascensor o algo parecido al teletransporte.

Jack

sábado, 23 de mayo de 2015

Posibilidad y excusa

Todas las miradas están buscando en otra dirección, y no nos apetece hacer aquello que habríamos planeado para una ocasión así en otro momento. Es mejor esperan a que miren, que vuelvan a estar atentos. Esa victoria no habría tenido apenas sentido. Y no es que ahora seamos más legales, sino que quizás buscamos algo más de emoción en lo que hacemos, más dificultad. La posibilidad de que salga mal le añade otro aliciente en el caso de que seamos capaces de conseguirlo. Y una buena excusa en el caso de que no seamos capaces de sacarlo adelante. Y nos da otra oportunidad para usar más energía, para enfrentarnos aún más con la circunstancias. Sin pensar siquiera en cómo saldrá la situación. Es una forma de obligarnos a mejorar parte de nosotros mismos que de otra manera, por comodidad, tranquilidad, o simple vagancia, no haríamos. Aún así, no es nada obligado en realidad, ya que nada que hagamos en el fondo puede serlo, pues la última decisión, siempre, es nuestra.

Jack

martes, 19 de mayo de 2015

Tras las lineas enemigas.

2 de junio de 1995, un caluroso viernes por la mañana... Bueno podria decir que tampoco es muy caluroso pero la humedad esta presente y hace que el despertar sea incomodo y agobiante.
Me reclaman en el cuartel general de la base aerea de Aviano en el norte de Italia, rapidamente desayuno, me doy una agradable ducha y salgo a paso ligero para coger el coche y dirigirme a mi puesto de trabajo.
Ya alli me comentan que es la hora, van a meter vuelos de reconocimiento sobre una basta zona de territorio enemigo, ¿En que pais? ¿Sobre que zona? ¿A que altura? ¿Que tipo de vuelo? ¿Tendre apoyo? ¿Que posibilidades tengo de sobrevivir?
Ciertamente en esta guerra me meti yo, me aliste en la fuerza aerea de Estados Unidos hace unos años y me forme como piloto de F-16 Fighting Falcon, siempre me entusiasmaron los aviones y mi sueño fue servir como piloto de las fuerzas aereas, en este embrollo me he metido yo mismo.
Teniamos que sobrevolar una zona extensa de territorio Bosnio para mantener la superioridad aerea de la zona y evitar la intrusion de aeronaves hostiles.
Me dispuse a prepararme y discuti con mi wingman el plan de vuelo de la mision (Compañero de escuadron).
Nos dispusimos en pista con los aviones ya cargados, hicimos los preparativos, esperamos a la hora para partir, pedimos permiso a torre y al rato despegamos para cruzar el mar adriatico y adentrarnos en aquel basto territorio donde nos podia aguardar cualquier sorpresa.
Habia cierta tension pero seguimos todo segun lo planeado, los informes decian que podia haber presencia de artilleria antiaerea Bosnia... Prefiero tener que enfrentarme a un avion enemigo que tener que enfrentarme a la posibilidad de que me lancen un misil desde tierra a velocidad de Match 3.
Finalmente tras un rato lo que menos queria que pasara sucedio... Cerca del RWR (Radar Warning Receiver) se encencio el piloto de que algo me estaba fijando por radar, habian blocado mi avion... Ciertamente me quede en shock y identifique una lanzadera SA-6 Gainful, me habia disparado un misil y a los pocos segundos un segundo misil estaba en el aire... Hice una maniobra evasiva y tire contramedidas para despistar a los misiles, el primer misil erro su objetivo, me paso al lado y sigo subiendo como si no hubiera mañana, el segundo por desgracia me alcanzo y exploto muy cerca de mi avion haciendo que perdiera el control y entrara en una barrena incontrolable, fue mi peor pesadilla verme caer asi, el sistema electrico habia fallado por completo y el avion empezo a caer en llamas... Tenia que reaccionar cuanto antes, tire de la palanca de eyeccion y sali del avion en menos de un segundo, mas tarde mi paracaidas se acciono, mi segundo abandono la zona y comunico la perdida de mi avion, es lo mejor que podia hacer, mejor que haya una baja a que haya dos.
Estaba en territorio enemigo, me quite el paracaidas ya una vez en tierra y empece a correr para buscar un sitio donde esconderme, me habia dejado las provisiones en el lugar de aterrizaje y tan solo tenia unas raciones de supervivencia y una pistola Beretta M9 reglamentaria... Por la zona habia tropas Bosnias que tenian la intencion de capturarme.
Llego la noche y encendi la radio para intentar comunicarme con algun avion que estuviese sobrevolando la zona... No escuche nada, parece que estaba totalmente solo, las horas pasaban y los dias tambien, buscaba mi supervivencia a toda costa, comiendo insectos y apañandomelas para sobrevivir en este ambiente tan hostil hasta que finalmente durante mi sexto dia atrapado tras las lineas enemigas pude comunicarme con un avion que sobrevolaba la zona, este avion era otro F-16 enviado para buscarme y estaba con el combustible muy bajo, se la jugo para intentar comunicarse conmigo, finalmente ese sacrificio valio la pena y fue cuando supuse que ya podria volver a casa, ciertamente me habian localizado y tenian la intencion de rescatarme... Cerca de la costa estaba el USS Kearsarge con una unidad expedicionaria del cuerpo de marines de los Estados Unidos, se hicieron al vuelo en un helicoptero SH-53 Sea Stallion apoyados por dos helicopteros AH-1W Super Cobra.
Tras un rato aguardando una posicion donde estaba escondido pude oir como las tropas enemigas pasaban a mi lado, me quede petrificado intentando que no me descubrieran, finalmente pasaron de largo y al rato pude oir el sonido de las aspas de unos helicopteros, mi hora finalmente habia llegado y no tenia intencion de morir aqui, los helicopteros se las ingeniaron para volar bajo y evitar las zonas donde podian llegar los arcos de radar de las lanzaderas antiaereas, aun que finalmente una unidad terreste localizo unos contactos de radar que luego desaparecieron, se olieron la situacion y aumentaron el nivel de busqueda para encontrarme.
Finalmente llegaron los helicopteros y un Sea Stallion aterrizo en una explanada, me aproxime cautelosamente a la zona hasta que me avistaron, uno de los soldados me cogio de la mano, me quito el arma y me llevo rapidamente al helicoptero, subieron todos a bordo y salimos de la zona lo mas rapido posible... Creyendo que ya estaba a salvo empezaron a silbar balas a nuestro alrededor y empezaron a impactar en nuestro helicoptero, es como si alguien tirara piedras contra una lamina de aluminio, el sonido era desquiciante, aun que finalmente salimos de la zona y entramos en mar abierto para finalmente avistar el Kearsarge y aterrizar sobre la cubierta de vuelo.
En cubierta se plasmaba la alegria de verme sano y salvo y las tropas estaban felices de haber cumplido con su mision, de traerme de una pieza pero sobre todo de volver con vida de la mision, en verdad les debo la vida y es algo de lo que estare eternamente agradecido.
Años despues realizaron una pelicula donde el argumento y la historia estaba especialmente dedicada a lo sucedido aquel dia sobre Bosnia, con algunos cambios en la historia por supuesto... Pero con un toque de autenticidad a lo ocurrido en aquel dia, la pelicula se llama "tras la linea enemiga" para los curiosos.

Capitan Scott Francis O'Grady, piloto de F-16 de la fuerza aerea de los Estados Unidos,  555th fighter squadron.

- Un saludo, BlackJack.

domingo, 17 de mayo de 2015

Cajas de recuerdos

Somos meras cajas de recuerdos con forma humana. Somos lo que alguien hizo con nosotros. Lo que hicimos con alguien. Lo que hicimos de alguien. Lo que hicimos de nosotros mismos. Una aglomeración de pasado, presente y expectativas de futuro. Un pasado que querremos cambiar aunque ya haya muerto hace mucho. O quizás hace solo un segundo. Un presente en el que jugaremos sin conocer demasiado las reglas de juego. y que una vez que aprendamos serán cosa del pasado y desaparecerán. Y un futuro que no llegará a ser más que una preocupación constante, pues hasta que no sea presente, no podremos hacer nada con él. Y es que por mucho que nos empeñemos, que nos esforcemos, solo es en el presente donde somos poderosos. En el pasado pudimos serlo pero ya de poco nos sirve. Y en el futuro nunca lo seremos, hasta que se convierta en presente. Hay que medir nuestro tiempo mientras aún se esfuma, para ser capaces de conjugar presente y futuro, pillar el libro justo en ese momento en el que se está pasando de una página a otra, y actuar. Así podemos construir el nudo de desarrollo que nos parezca, que nos guste, que nos satisfaga.

Jack

miércoles, 13 de mayo de 2015

Hasta los cojones de la vida.

Miles de conceptos cobran forma y sentido ante mi presencia humana. Maldita sea, hay que ver lo mucho que odio encajar en el concepto "humanidad".
Con gran esfuerzo aparto las sábanas de mi sudoroso cuerpo. Qué calor. Me enderezo y, aún sentada en la cama, miro hacia mi derecha. Mierda, siempre la misma mierda. Estoy cansada de acabar siempre invitando a mi cama a algún gilipollas o a alguna borracha de buen ver, aunque yo también lo soy. Por suerte esta vez no es mi casa y puedo largarme sin necesidad de interactuar con la fémina. Logro ponerme en pie y con mucho sigilo me visto a toda prisa mientras busco con la mirada mi móvil, hallándolo encima de una mesita apoyado en un libro. Los recuerdos van y vienen. Cojo el móvil, el cual sigue grabando, y me largo a toda prisa. Me gusta grabarme, me gusta ver hasta el más mínimo detalle (en realidad me gusta verlo porque de otro modo no me acordaría). Camino hasta llegar a una parada de autobús y mientras espero, me dispongo a echarle un ojo al video.
Qué aburrido. Los mismos preliminares aburridos, la misma masturbación aburrida, el mismo oral aburrido... Bueno no, el mismo 69 aburrido, y vaya sorpresa, nunca había usado una hortaliza de una forma tan entretenida. Luego nos acercábamos al móvil y se veía un precioso primer plano en el que yo usaba un tacón como consolador anal en el usado culo de la borracha. Al parecer anoche follé en condiciones. Mi móvil se apaga y noto como bajo mi falda la humedad me ha invadido. Tal vez bebí tanto anoche que aún me dura la borrachera, pero con paso firme me dispongo a entrar a un jardín cercano. Me siento totalmente abierta de piernas y comienzo a masturbarme. Hace calor y es temprano, no hay demasiada gente pululando por las calles y de todos modos allí dentro sentada paso desapercibida. El jardinero, no había contado con él. No me importa, yo sigo a lo mío mientras él sorprendido, me mira con su cara de cuarentón hasta los cojones de la vida. No me dice nada, se dispone a regar. Al cabo de un rato le hago una señal para que se acerque, ofreciéndome totalmente expuesta, sin bragas, sobre el húmedo cesped. O tal vez la húmeda sea yo, no lo sé. Quiero más, quiero sentir adrenalina, quiero sentir desesperadamente algo, quiero follarme al jardinero cuarentón y no me importa que me rechace o me tome por loca y llame a la policía. Qué típico ¿no? Con el jardinero.
Me saco el pecho izquierdo y tras dudar un instante, el jardinero deja caer la manguera al suelo aproximándose rápidamente hacia mí, deseoso de meterme la suya. Tal vez se da tanta prisa por temor a que cambie de opinión, tal vez solo quiere quiere desahogarse corriéndose en mi cara y no en la de su mujer, tal vez quiere ayudarme ahogando mis penas en un mar de semen. De semen de jardinero cuarentón hasta los cojones de la vida.

Lili

El tiempo no pasa en balde para nadie

Ha dejado de ser lo mismo. Bukowski había abandonado la sala, ya no tenía nada que decir, tenía ganas de follar, y se fue. Murakami estaba harto de dramas, no quería más dolor, y se fue. Dick tenía muchos mundos nuevos que inventar, no podía quedarse demasiado tiempo en este tiempo, el tiempo no le daba de sí. Kafka se había vendido, ahora un spray para cucarachas llevaba su nombre. El dr Jekyll y Mr. Hyde habían ido al psiquiatra, y estaban decidiendo quién de los dos se quedaría, llevaban mucho pensándolo. Dorian Gray se empezaba a ver viejo, aunque eso no fuera posible, pero que su juventud se conservara no significa que sus facultades mentales lo hagan.
El tiempo no pasa en balde para nadie.

Jack

domingo, 3 de mayo de 2015

Bichos.

Caminaba hace días por el campo cuando de sorpresa me encontré en mitad del entrecortado camino una mariposa. No era una cualquiera, ya que tenía un tamaño anormal, medía de largo como mi mano y le adornaban unos colores pálidos.
La tragedia era que no podía volar. Apenas se movía. Era tan bonita, tan única. La cogí con extremo cuidado y la dejé en una rama baja. Pasaba desapercibida y poco a poco notaba que se apagaba.
No me quedé a ver la catástrofe. Me fui apenada y con la cabeza baja.
Más tarde divisé una fila de una especie de escarabajos alargados, negros y rojos que se dirigían a un pequeño prado. Fotografié a uno de ellos, aunque no se dejaba.
Fue en conclusión, un día repleto de bichos. Quería compartir esto aquí por la poca consideración que se tiene hacia ellos.

Abrahel.

Saltos al vacío

Saltos al vacío. ¿Realmente nos compensan?. Cuando saltamos asumimos que podemos ganarlo todo, pero no todo lo que podemos ganar es todo lo que esperamos ganar. ¿El fallo?. Que lo que la victoria nos puede traer lo pensamos, pero no lo comprobamos. Podemos creer que conseguiremos todo lo que esperamos. Pero se queda corto. De hecho, en ocasiones ni siquiera venciendo nos compensará haber entrado en esa batalla. Hay batallas que están hechas para que ninguno de los contendientes gane nunca. O para que ambos se destrocen hasta que no les quede ni orgullo propio. A veces hay batallas en las que lo único contra lo que nos enfrentamos somos nosotros mismos. Y ahí jamás ganamos. Podemos mentir a todo el mundo, pero no mentirnos a nosotros mismos. Podemos ocultar ciertas cosas que pensamos a quien sea, menos a uno mismo. De hecho, somos el peor juez que podemos tener, a nosotros no nos podemos ocultar pruebas, jamás. Pero ¡ah! surge el autoengaño, esa figura tan (falsamente) benévola en nuestra mente. Y nos dice que no pasa nada, que ella lo oculta. Pero el autoengaño es una amante caprichosa, y cuando más la necesitemos para no derrumbarnos, desaparecerá. Y quedaremos frente a todo aquello que no hemos querido, o no hemos sido capaces, de ver. Y ahí no hay nada que hacer, nuestras propias mentiras nos destrozarán como si fuesen termitas en una cabaña de madera.

Jack

jueves, 30 de abril de 2015

Rueda de la fatalidad

La perdición y la victoria tienen tantas cosas en común. Ninguna de las dos queda conforme a todo el mundo, pues quien acaba en la perdición suele querer volver a intentar para alcanzar la victoria, y a quien alcanza la victoria pronto le asaltará otro objetivo para sentirse pleno. Ambos son finales y prinpios a la vez, endemismos de mentes que nunca se sienten satisfechas y nunca se sienten realmente derrotadas. Por eso a veces parece que todo son ciclos, que todo se mueve según la posición de una rueda que gira y gira sin parar, en la que está colocado todo nuestro esfuerzo, pero que de manera periódica se frena en ciertos puntos, una y otra vez. Pero son ciclos porque nosotros dejamos que lo sea, porque andamos dentro de ese círculo sin preguntarnos porqué lo hacemos y si de verdad esto sirve para algo, porque tenemos la capacidad de salirnos de ese círculo en cualquier momento. Pero cuando el círculo está en una mala posición para nosotros no salimos porque esperamos el giro que nos lleve a la buena, y cuando estamos en la buena posición se nos olvida que la siguiente del ciclo quizás no lo sea tanto. Estamos dando vueltas constantemente sin reparar en que hay más caminos, más horizontes. Más. Solo cuando al fin la realidad nos asalte, y nos veamos cómo hemos dado vueltas una y otra vez recogiendo las migajas de lo que una vez fuimos, entonces estaremos preparados para salir del círculo.

Jack

lunes, 27 de abril de 2015

Patetismo y basugre

Y más basugre. ¿No la veis?. Crece constantemente. Cada mierda nueva que inunda a la sociedad convierte más mentes en pura basugre. Y la mayoría no será aprovechables. Ni recuperables. ¿Lo más triste?. Que a sus dueños eso les da igual. Dejamos que aquello que creamos nos maneje. Nos viene de lejos, somos humanos. Creamos dioses para entender el mundo. Luego entendimos el mundo. Y nos dimos cuenta de que no podíamos librarnos de esos dioses que habíamos creado. Patético. La creación controlando al creador. Creamos el dinero. Para controlar ¿el qué?. Ni idea, supongo que fue puro ego. Por tener una forma de medirnos unos y otros y compararnos. Y a día de hoy la mayoría mataría por dinero. O moriría por él. Y sigo sin determinar cuál de las dos cosas es más patética. Nuestras creaciones nos controlan. No somos más que monos con traje. Que podían haber sido felices cumpliendo con sus funciones fisiológicas, pero quisimos refinarnos. Maldito momento. Veíamos que el tiempo pasaba, y no sabíamos qué era. Y tratamos de definirlo. Todo para creer que teníamos poder alguno sobre él. ¿Y lo teníamos? Para nada. Ahora nuestra vida las controlan los relojes, siempre cumpliendo horarios. Más patetismo, que parece que no acaba. Deberíamos dejar de crear cosas, todas se vuelven en nuestra contra. Mil cosas que creamos ahora nos controlan. Pero somos la joya de la evolución, que no se nos olvide. Pero mejor recordarlo cuando el horario nos deje un rato libre. O cuando no tengamos que estar pendientes de enfadar a dioses que inventamos nosotros. No sea que la evolución se enfade con sus esclavos. Al final la evolución es una mala hipoteca que nos empeñamos en firmar. Y que nos hará sentir más patéticos cuanto más tiempo pase. Patetismo al cuadrado. Pero qué más da. Nuestro reloj apremia.

Jack

domingo, 26 de abril de 2015

Basugre

Siempre me he preguntado hasta qué punto nos influye lo que vemos, o lo que oímos, o lo que leemos, o simplemente lo que vivimos. Ya sea para bien o para mal, que eso, al fin y al cabo, da un poco igual, teniendo en cuenta que nuestra percepción sobre un mismo hecho puede cambiar, una y otra y otra vez. Pero es curioso que no seamos capaces de determinar hasta qué punto concreto de nuestra psique ha llegado algo que ha pasado en nuestra vida, es como escapar por nuestra culpa al control de nosotros mismos, y a la vez controlarlo todo sin saberlo. Como el que sabe que es su noche de suerte en un casino y sale de allí con los bolsillos llenos de fichas (aunque ha tenido la misma sensación que cientos de pobres diablos que han entrado antes de él pero que salen debiendo mucho dinero). Es algo que me reconcome, y no porque quiera saberlo, sino porque sencillamente sé que no puedo, eso me pone rabioso. Construimos quimeras para luego perseguirlas como si jamás las hubiéramos visto, y después nos preguntamos por qué no hacemos más que dar vueltas en círculos. Parece mentira, si nosotros mismos lo hemos predispuesto. Una vez que el cordón umbilical se rompe, empieza el juego, llegado un punto nos engancharemos a algo, llámalo, sexo, drogas, cultura, música, aceptación, éxito, o como quieras hacerlo, y nos creeremos mejores que otros solo porque nosotros creemos que nuestra adicción es la mejor. Absurdo, como si discutiéramos el amigo invisible de quién es más real. Todos tenemos la misma mierda alrededor, constante y creciente, pura basugre, pero no queremos verla ni admitirla hasta que nos sentimos derrotados. Nos puede gustar o no, pero el camino está marcado, escoge tu perdición y déjate arrastrar hasta el fin que ella te proporcione, los demás harán lo propio, y a todos nos consumirá el mismo final.

Jack

martes, 21 de abril de 2015

Otro mundo

Aquello era otro mundo, y queramos o no nos apetece volver. Que al parecer, ni lo malo fue tan malo, pero lo bueno lo vemos aún mejor. ¿Y de qué nos sirve, si al pasado no podemos volver? Y da igual lo que nos esforcemos o nos empeñemos en luchar contra la física, para poder darle marcha atrás al reloj, porque nada se va a repetir de la misma forma que hemos vivido ya. Podemos volver a un lugar que fue importante para nosotros, pero ya no tendrá esa magia que tenía y, probablemente, habrá algo en él que haya cambiado de manera irreparable. Podemos volver a las personas que estuvieron en un buen momento, pero el momento, como tal, jamás se repetirá, y esa persona tampoco será la misma. Podemos guardar una foto o un recuerdo de algo o alguien, pero por mucho que queramos, esos pedazos de tiempo congelados no nos van a ayudar a revivir la sensación que vivimos cuando aquello era el presente. Y es que el pasado devora todo de manera continua, mientras estoy escribiendo esto ya se está convirtiendo en pasado, ya hará minutos, horas que se ha escrito, que ha surgido. Y es que el pasado puede ser un buen lugar para visitar, pero jamás uno en el que establecerse.

Jack

domingo, 19 de abril de 2015

Cenizas

Consideramos la ceniza un fracaso, los restos de alguien que se consumió a sí mismo en un esfuerzo relativamente inútil, ya que si no lo fuera no habría acabado consumido. Triste, y sin embargo no tan cierto. No porque algo nos consuma hemos fracasado, no por quemarnos somos peores que el que aún arde a fuego lento, el que conserva su oxígeno y no lo quema todo en un momento de locura. A veces lo mejor que habremos hecho vendrá de habernos consumido, de haber dejado que algo nos llegará tan dentro que acelerase nuestro incendio interior, y saber, que no todo el mundo sería capaz de hacer algo así. Y no es por valentía, que da un poco igual en este caso, ni cobardía a la hora de frenar, que aquí ni aparece ni deja de aparecer, es algo más. Dejar que algo que de verdad te llena aunque sepas que te estás consumiendo es un acto de humanidad, simple humanidad, de sentir más y pensar menos, de poner menos límites a lo que creemos y queremos. Nunca somos tan humanos como cuando nos dejamos consumir por algo que realmente nos apasiona, aunque nos consuma.
Porque la gente solo mira las cenizas, durante un rato, y luego desaparece mientras invoca el fracaso desde sus labios. Pero jamás se queda a observar las cenizas, solo se va alegrándose de ser una llama tan tenue que nadie note su resplandor, a consumirse lenta y dificultosamente, mientras en el fondo piensa qué puede ser tan intenso para consumirte tan rápido y qué se debe sentir en el proceso. Y las cenizas, con el tiempo, toman forma de nuevo, y remodelan a aquella persona que se consumió, surge más fuerte, sabiendo algo más, y casi siempre queriendo encontrar algo tan intenso que vuelva a consumirle. Sabe que esa sensación no tiene precio, y como tal la busca.

Jack

sábado, 18 de abril de 2015

Lili.

Porque cuando más necesita del mundo, nunca hay nadie, solo ella. Solo ella para cuidarse, solo ella para calmar su llanto, solo ella para acabar con su dolor.
Lili.


jueves, 16 de abril de 2015

De entre las sombras.

Donde ya no hay claridad, donde solo queda oscuridad, emerge de entre las sombras un haz de luz en el que si te situas, ya no habrá dolor. Da miedo tocarla e incluso mirarla, por si al hacerlo, perturbas su calma. Se la ve tan frágil que una temblorosa caricia podría romperla, pero ahí está, esperando a ser tomada por unas manos firmes que no duden. Esperando a ser tomada por unas manos que ansíen tocarla sin modificar la serena sonrisa que, aún después de todo, sigue portando.
Lili.


miércoles, 15 de abril de 2015

Sin medias tintas

Hoy en día se lleva demasiado eso de bienquedar, y la verdad que no ayuda nada a lo poco concreta que es la gente ya de por sí. Probablemente hayamos encontrado a pocas personas realmente directas y sinceras siempre, a toda costa, y si conocemos a alguna persona así sabremos que son de las más criticadas por casi todo el mundo. Pero les da igual. Parece que por no quedar ante otros como insensibles tenemos que hacer que todo nos gusta, aunque no sea así, que algo sea socialmente aceptado no implica, de ninguna manera, que tenga que gustarnos. Y esto se aplica tanto a preferencias de música (en cuanto un grupo tiene bastantes fans parece que tiene que "agradarte" su música aunque te guste menos que comer clavos), preferencias de físico (te pueden gustar las personas delgadas, gordas, etc, pero que algo no te guste no significa que no lo respetes), preferencias sexuales, etc. Si todos fuésemos sinceros con lo que somos y lo que queremos en cada momento de nuestra vida, todo sería más fácil, mucha gente no pasaría años esperando oportunidades que no se van a producir, y otras no se comerían la cabeza por lo que no debe ser. Pero mientras todo este lleno de ganas de bienquedar, esto es algo idílico, seguiremos jugando a tener que adivinar lo que otros piensan y quieren aunque sus accines digan lo contrario.

Jack

domingo, 12 de abril de 2015

Todavía más

Por las redes sociales se me conoce como Radix.

"Radix" es una palabra que proviene del latín. Traducida literalmente significa "raíz". La palabra "radical" proviene a su vez de "raíz". Por lo tanto, en última instancia Radix significa radical. Lo elegí porque me gusta su sonoridad, porque tiene un contenido político y para hacer hincapié en lo tergiversada y malinterpretada que está la palabra "radical", lo cual es en gran medida culpa de los medios de comunicación. Un radical es alguien que va a la raíz del problema social. No es nada "malo", al contrario, es deseable. Un radical no es un terrorista, no es un violento, no es un encapuchado. Un radical es alguien que mediante el pensamiento critica la raíz sobre la que se cimienta nuestra manera de construir e interpretar los sucesos del mundo. Por lo tanto sobre eso escribiré; filosofía política con unos dejes de misantropía.

Escribo en varios blogs compartidos y algunas de las entradas que publicaré aquí ya están publicadas en otra parte. Poco más; agradezco a Lili por dejarme participar en su proyecto, espero que siga adelante.

Intolerancia adquirida

Desde que nacemos, tratan de inculcarnos lo que es normal, una y otra y otra vez. Nos dicen que lo normal es que las chicas vistan de rosa, y que los niños no; nos dicen a qué es normal que juguemos y a qué no lo es; nos dicen que es normal que nuestros días estén llenos de clases extraescolares, y que es normal no tener tiempo para jugar, por muy niños que seamos; nos dicen que es normal que el profesor nos eche la bronca si hacemos las cosas mal, sin saber si realmente las hacemos mal o el profesor se lo inventa; nos dicen que es normal no levantarse de la mesa hasta que todos hayan acabado, a pesar de que tengamos mucho que hacer y no nos dé el tiempo de sí; que es normal que en una pareja nos dejen si encuentran a alguien mejor, sin pararse a apreciar si realmente es mejor.
Y ojalá pudiésemos decir que esto para justo ahí, que dejan de tratar de convencernos que son normales cosas que aunque insulten a nuestro sentido común, la sociedad dice que lo son. Nos seguirán tratando de convencer que toda relación que se salga de lo común no es normal, que debemos vestir como lo hace la mayoría porque es lo normal, que nos tendrá que gustar la misma bazofia televisiva que a todos porque eso es lo normal, que las chicas tendrán que pelearse por entrar en una talla 34 porque es lo que venden como ideal de belleza, que un chico es normal que se acueste con muchas chicas pero que al revés es algo malo.

Y por mucho que nos digan, todos tenemos nuestro propio criterio y nos la va a sudar lo que nos digan que es normal, porque nuestro sentido común ya nos dice qué nos gusta y qué no, y ese es el punto al que vamos a llegar. Por mucho que nos intenten inculcar a fuego lo normal, lo único normal es que si tienes una mente y conciencia propias seas tú mismo el que catalogue lo que encuentras, no que te ancles a lo que otros dicen que es normal.

Jack

miércoles, 8 de abril de 2015

Imprudencia fructuosa.

14 de diciembre de 2013, una bonita mañana en la fria sierra Madrileña.
Partida de airsoft en medio del campo, extensas llanuras con alguna colina empedrada.
Sin duda un paisaje fantastico en una mañana soleada pero engañosa a la vez con unas temperaturas que rozaban los bajo cero.
En medio de un tiroteo alguien corria como si se le fuera la vida aquella mañana, era yo... Acababa de robar un paquete de suma importancia para el equipo enemigo, me perseguian mas de 8 "tangos" mientras yo corria con un equipo de 15 kilos, un M4A1 cargado de accesorios con sus respectivos cargadores almacenados en mi chaleco y una pistola beretta con un unico cargador de 17 rondas.
Poco a poco me ganaban terreno, paraba, disparaba, corria y volvia a repetir esta accion cada 20 segundos, solo me separan 500 metros de un riachuelo que tras cruzarlo entraria en una zona controlada por mi equipo donde 4 de ellos aguardaban mi llegada y que yo expresamente les ordene quedarse en tal zona estrategica para cubrir mi llegada, tras esta "extraccion" acabaria parte de la partida y nos tomariamos un descanso acompañado de un buen bocadillo, tenia ganas, ese dia comi muy poco y las fuerzas empezaron a flaquear a las 4 horas de partida.
Volviendo a la accion, yo seguia corriendo hasta que vi unas vallas y pense en saltarlas.
Las salte y cai en tierra embarrada, rode y fui cuesta abajo por un pequeño desnivel hasta que despues de rodar 5 veces me percate de que habia un pequeño barranco a unos 5 metros de mi, clave el M4 en horizontal y el cargador que tenia puesto me freno un poco, por si acaso apoye mi pie derecho en otra roca que habia para hacer de apoyo y poder levantarme, me habia salvado por los pelos, el barranco tenia aproximadamente 10 metros de altura y una caida desde esa altura me podia haber jugado una mala pasada.
Me senti solo durante esos segundos hasta que vinieron mis perseguidores para comprobar mi estado... Afortunadamente dieron el toque final y nos fuimos a descansar, por el camino explique la situacion por la que me vi envuelta y me dijeron que no volviera a hacer eso, la valla colocada era para delimitar el limite del campo y no debia ser saltada, pero ante tal situacion no lo pense y la salte.
Durante la comida me fui al lugar donde salte, me sente en una roca proxima al lugar y empece a comer tranquilamente... En verdad habia unas buenas vistas y el sitio daba una sensacion de paz realmente increible.
Desde ese dia hasta el cierre del campo siempre me fui a descansar a ese lugar... Un sitio realmente hermoso pero que casi acabo en tragedia para mi, no me habria costado la vida pero si me podia haber roto algo.

- BlackJack

Simulacros

Vivimos encontrando simulacros, haciendo de todo lo que vivimos simulacros o ensayos. Vivimos simulacros de éxitos con las pequeñas metas que alcanzamos hasta que tratamos de llegar a nuestro objetivo principal, vivimos simulacros de relaciones (entre las que puede haber algunas de ellas que sean tóxicas, aunque al ser las primeras veces que las vivimos no las reconozcamos) hasta que encontramos alguna que nos llene medianamente, vivimos simulacros de sueños hasta que nos damos cuenta de qué es lo que decidimos de verdad. Cada día es un simulacro de algo que queremos hacer y por alguna razón que no está en nuestras manos no llegamos a hacer. Estos simulacros nos dan más seguridad y tranquilidad, se concierten en campos de prueba en los que podemos mejorar nuestras capacidades, y las derrotas no serán tan dolorosas al ser la imitación de algo, pero en contrapartida un simulacro no va a dar una satisfacción tan real como la de la situación real que queremos vivir. Nos queda a medio camino del verdadero éxito y la verdadera satisfacción, como probar algo en una degustación que por mucho que nos quede buen sabor de boca no podemos tomar la cantidad que nosotros queramos. Aunque sin esos simulacros no podríamos aprender a manejarnos en el resto de situaciones, cuando los simulacros inundan tu vida se convierten en algo plástico, artificial y falsificado, con lo que te puedes contentar de manera instantánea pero cuyo efecto no durará demasiado.

Jack

martes, 7 de abril de 2015

Estabilidad inestable

A muchas personas les llama la atención la estabilidad y, de alguna manera, es lo que buscan para su día a día. Porque en cierto modo la estabilidad brinda una seguridad que muchas otras cuestiones no te pueden proporcionar. Y sin embargo, la estabilidad a largo plazo genera apatía y rutina, se convierte más en una cárcel que en un refugio, y sus paredes se hacen más pequeñas conforme pasamos más tiempo dentro de ellas sin admitir el problema. El problema es que la estabilidad, cuando nos abandonamos a ella, se acaba oxidando y de alguna manera se va convirtiendo en rutina, y la rutina es un desestabilizador en cualquier motivación que podamos tener. La rutina acaba haciendo que los esfuerzos parezcan enormes y las recompensas ridículas en comparación. Y podemos salir de esta estabilidad y rutina, pero es uno mismo el que elige cómo, ya que se puede se salir de ella poco a poco, o aguantar lo máximo posible y salir de golpe, como atravesando el cristal de una ventana para huir. Si sales poco a poco, tú controlarás en un grado bastante alto el lugar al que de alguna manera te diriges, pero si te aguantas demasiado y estallas, no sabes en qué lugar acabarás después de salir de tu rutina tras haber estallado. Y ninguna de las dos opciones son malas, ya que cada uno es dueño de sus elecciones.

Jack

domingo, 5 de abril de 2015

¡Que aún falto yo!

Muy buenas :) Mi apodo en este blog será Ripley,ya que ni nombre real no me gusta en absoluto...

Como todos explicaré de dónde viene el nombre : Ripley viene de Ellen Ripley, protagonista de la famosa saga cinematográfica de ciencia-ficción Alien.

Con esto doy a entender un poco mis gustos,todo lo relacionado con el cine y la ciencia ficción,el anime y el manga etc,que serán los temas que trate en este blog,ya que para el resto no tengo demasiado talento...

Es un placer formar parte de este proyecto y espero que guste mi información ^^

Ripley.

Y más personitas.



Buenas, mi nombre es Mónica pero firmaré todos los contenidos como Eme (apodo que me puso una amiga y he adoptado para estas cosas).

Tengo pensado subir tanto fotografías de paisajes o personas como algún texto, que suelen surgir cuando estoy triste o disgustada.

Algunas de las cosas, tanto fotos como textos quizá anden subidas a otras de mis redes sociales pero aquí quedarán agrupados.

Espero que el proyecto coja fuerza porque está muy bien pensado y me hace mucha ilusión.

Con amor, siempre:

-Eme

Puntos de inflexión

A menudo avanzamos sin saber demasiado porqué, es más, ni siquiera nos lo preguntamos, avanzamos por el pánico a quedarnos quietos, a la inmovilidad, a estancarnos, y no caemos en el hecho de que podemos estar estancados por mucho que nos queramos mover. Es más, hacer mil y una cosas sin que haya un rumbo o motivo detrás es tan inocuo como podría serlo no hacer nada. El miedo paraliza cada movimiento correcto cuando actuamos así. Necesitamos puntos de inflexión, y estos, por mucho que los busquemos, ocurren por sí solos en la mayoría de las ocasiones. Un punto de inflexión puede ser cualquier cosa importante que nos ocurra (aunque esto no implica que la hayamos provocado nosotros) y que marque un antes y un después en nuestra vida y nuestra forma de ser. Una vez que ocurra podremos elegir si hacemos pequeños cambios cambios o cambios radicales, pero de alguna manera, nosotros ya habremos cambiado algo solo con haber pasado por ese trago, y eso ya nos hace distintos. Necesitamos esos puntos de inflexión para mejorar y adaptarnos, ya que lo que hoy es una solución mañana no puede serlo de ninguna manera, y sin preparación estamos perdidos ante todo lo nuevo que nos ocurra.

Jack

sábado, 4 de abril de 2015

El insomnio ha llegado, buen momento para adelantar mi presentacion.

Buenas noches para aquellos que comparten junto a mi la necesidad casi de trasnochar ya sea por insomnio u otras multiples causas.
Mi nombre es Roberto o tambien si vosotr@s gustais podeis llamarme "BlackJack" que viene siendo mi mote de guerra que nacio de varios hobbies que actualmente practico y que ahora nombrare.
Aqui hablare sobre asuntos belicos o relacionados con la guerra, tratare principalmente historias que van desde la segunda guerra mundial hasta historias recientes que esten dentro de mis conocimientos o vaya descubriendo, ya sean historias merecedoras de contar o simples momentos curiosos que a lo largo de la humanidad han ocurrido en estos episodios violentos que nos distinguen aun como raza destructiva.
Soy airsofter desde hace 4 años asi que tambien en alguna ocasion contare alguna "batallita" o "momento "que me ha ido pasando a lo largo de este tiempo en la practica de este "deporte", que tengo unas cuantas, unas graciosas y otras en las que ha peligrado hasta mi vida.
Tambien soy piloto virtual del caza F-16, mi mote viene precisamente de esto, ya contare en algun momento el origen por que tiene su curiosidad y casualidad.
En fin, un placer poder compartir con vosotr@s algunas palabrejas en este blog.
¡Un saludo!
BlackJack.

Y de nuevo, más presentaciones.

Bien, yo soy Abrahel. No es mi nombre real; por supuesto es un pseudónimo. Encontraréis ese nombre al pie de todos mis escritos. Abrahel (para los curiosos e interesados) es el nombre de un demonio femenino. ¿Por qué? Porque me encanta la demonología.
Alguna vez trataré este tema, y los espiritualismos, que me interesan en parte. Pero principalmente escribiré sobre literatura y arte, dos de mis pasiones. Disculpadme si alguna vez mientras leéis encontráis algunas cosas de las que digo sin sentido, ya que suelo enrollarme mucho y acabo hablando de otras cosas.
Y no os asustéis si véis un relato de terror firmado con mi nombre, se me da bien escribir este tipo de cosas.
Bueno, creo que esto es todo de momento así que me despido...
¡Un saludo!
Abrahel

viernes, 3 de abril de 2015

A.

Hace horas que estoy sola en esa especie de trastero oscuro. Sigo sentada con los ojos vendados en aquella silla medio rota, y escucho como se abre una puerta, por lo que me tenso. Con paso ligero oigo como se acerca, e intento liberarme las manos pero no puedo, las tengo sujetas al respaldo de la silla. Se acerca por detrás de la silla a escasos centímetros de mí, me agarra del pelo y tira con fuerza echándome la cabeza hacia atrás a la par que se me escapa un grito. Oigo una leve risa y no hace nada. Nada se mueve, nada suena hasta que segundos después se acerca para acariciarme el cuello con los labios y finalmente morderme con tanta fuerza que comienzo a sangrar pero esta vez no he gritado, solo he podido dejar caer un par de lágrimas mientras él me tapaba la boca con fuerza.
Me suelta el pelo y noto un gran alivio, siento como comienza a dar vueltas a mi alrededor observándome entre risas y yo no me atrevo a dejar salir ni una palabra de mi boca. Me esfuerzo por no gritar o llorar, me esfuerzo por mantener la calma. De repente se coloca detrás de mí y se agacha a desatarme las manos para seguidamente de un tirón levantarme pero aun sigo con los pies atados y pierdo el equilibrio, cayendo de rodillas a sus pies. Él me da una bofetada y me ordena que me levante. Yo obedezco entre sollozos y me esfuerzo por no perder el equilibrio mientras él se divierte dándome pequeños empujones. Al cabo de un rato de un fuerte empujón me tira al suelo, se agacha a recogerme y me coloca en una posición bastante cómoda de rodillas. No sé qué es lo que hará ahora, pero mis dudas se disipan al notar como de repente me penetra la boca atrayéndome hacia él sujetándome desde la nuca. Siento ganas de vomitar pero él no cesa hasta que al fin siente piedad y me deja respirar por un momento, el cual es efímero, ya que vuelven las continuas penetraciones a mi garganta.
Al cabo de aproximadamente un cuarto de hora, me deja descansar acurrucada en el suelo mientras se prepara para su siguiente capricho. Cojo aire y sigo intentando mantener la calma cuando de pronto me agarra del pelo y, aun tumbada, me arrastra por el suelo hasta un rincón. Yo forcejeo y pataleo, pero no sirve de nada. Para mi sorpresa, se dispone a quitarme la venda de los ojos y cuando ya a terminado, pestañeo un par de veces para acostumbrar mi vista a esa oscuridad. Veo una pequeña ventana por la que se filtra la luz de la luna y justo esos reflejos van a parar hasta aquel rincón al que me ha llevado. Me baja el tanga y yo cierro las piernas por lo que él se enfurece, me abre las piernas con fuerza y sin dudarlo me la mete. Yo miro para otro lado mientras se me humedecen los ojos, pero él me arrea una bofetada, me sujeta la cara y con una voz firme y serena me dice "quiero que me mires a la cara en todo momento, putita, sino lo haces volveremos a las arcadas, ¿me has entendido?" a lo que rápidamente contesto asintiendo con la cabeza. No logro verle bien el rostro, pues está de espaldas a la luz, pero noto como sus gestos son serios e inquebrantables. Me abre más las piernas para introducirse más en mí y coloca su torso a escasos centímetros de mis pechos desnudos. Sus penetraciones son lentas pero bruscas, pero poco a poco va incrementando el ritmo y cada vez con más fuerza por lo que yo no puedo evitar gritar y ya no sé si es de dolor o de placer. Me abre las piernas hasta el extremo y ha pasado de estar a escasos centímetros de mí a estar fundido sobre mi piel. Me agarra la pierna derecha y me la sube hasta colocarla sobre su hombro para acelerar más aun el ritmo entre resoplidos. Noto en su expresión y su mueca de placer que está al borde del éxtasis cuando de pronto me la saca bruscamente para terminar corriéndose por todo mi pecho y parte de mi boca. Se aparta de mí y me ordena que me limpie yo misma rebañando los restos de su semen de mi cuerpo como si de yogur se tratase, y me los tragara. 
Lili.

Catherine.

Me desperté aturdida mirando hacia todos lados tratando de ubicarme, pero no lo logré. Aquel cuarto me era totalmente desconocido. De un salto salí de la cama, me puse en pie y me apresuré a la puerta, descubriendo con horror que la habían cerrado desde fuera. Escuché un ruido y pegué la oreja a la puerta. Alguien se acercaba, así que eché a correr por el inmenso cuarto para meterme de nuevo en la cama. Oí como se abría la puerta y, disimuladamente, abrí un poco los ojos para ver quién había entrado. Era un hombre alto, de piel morena y de largo cabello negro recogido en una trenza. Era muy atractivo y con paso firme se estaba acercando a la cama. Yo me tensé al ver que se había tumbado a mi lado. De repente noté como una de sus manos se posaba sobre mis pechos mientras que deslizaba la otra una y otra vez por mi entrepierna. Aquella situación me resultaba muy extraña pues a pesar de no saber quién era aquel hombre, mentiría si dijese que aquello me desagradaba ya que en cierto modo me excitaba de una manera incontrolable. Sin previo aviso, acercó su boca a mi oído para susurrarme con una voz bastante erótica: -Querida, no te hagas la dormida, que sino no lo vas a disfrutar enteramente. Yo me ruboricé mientras él se reía, y me aparté, exigiéndole saber quién era él y dónde me encontraba pero con un ligero tirón me tumbó y rápidamente se dispuso a quitarme los pantalones con pasmosa habilidad. Seguidamente deslizó su mano derecha entre mis piernas, acarició la cara interna de mis muslos y, esquivando mi tanga, introdujo dos dedos dentro de mí. No pude contenerme y un gemido rasgado brotó de mi garganta. Él no dejaba de mover los dedos que se hallaban en mi interior. Introdujo un tercero. Me besaba el cuello y con la mano que le quedaba libre me arrancó la camiseta. Lamía cada parte de mi cuerpo, yo estaba exhausta, gemía, me retorcía, estaba totalmente rendida a ese hombre. Sentía que en cualquier momento iba a explotar, y de repente sacó los dedos. Yo hice una mueca de desesperación pues estaba deseando que volviera a masturbarme con aquellos ágiles dedos expertos. Me fui a incorporar pero aquel desconocido me agarró de la cintura y con un brusco empujón me puso bocabajo, pero elevándome el trasero. Vi como se desabrochaba el pantalón y, antes de que pudiera hacer nada, introdujo su miembro lubricado en mi culo. Se retiró un poco y una segunda metida me abordó. Metida tras metida. Embestidas brutales. No sabía quién era ese hombre, pero si algo sabía era que jamás nadie me había follado de ese modo. Yo estaba envuelta en sudor, gemidos. Me agarraba desesperadamente a la almohada y hundía la cara en ella para no gritar. Como un regalo, aquel hombre comenzó a masturbarme a la par que seguía haciendo uso de mi culo. Se formó un cúmulo de sensaciones. Un intenso placer me recorría todo el cuerpo y era tan intenso aquello que comencé a temblar. Mi cuerpo era suyo. Estaba en sus manos, si me soltaba caería desplomada. En mi cabeza solo imploraba que no parase, que me la metiese hasta el fondo y no cesara aquella extasíaca sensación que me recorría por completo. De repente todo aquel placer se concentró en la parte interna de mi clítoris y terminé en una explosión de calor, con violentas sacudidas. Aquel excitante desconocido me había hecho llegar al orgasmo más intenso y placentero de toda mi vida, no podía creerlo. Él me soltó suavemente y me acarició la cara. Yo aún estaba envuelta en una capa de sudor y temblores. Me dio un beso en la frente, se vistió y se fue. No entendía lo que había pasado, solo sabía que aquello no acabaría ahí.
Tras una larga noche de incertidumbre y de largas inspecciones a fondo de aquel inmenso cuarto, sin hallar nada de mi interés, decidí esperar pacientemente a que alguien viniera a buscarme, con la vaga esperanza de que fuese aquel atractivo hombre que me hizo temblar de placer. Horas y horas pasaron, yo ya me había vestido y estaba alerta de la puerta, hasta que escuché unos pasos aproximándose a mi cuarto y me tensé. La puerta se abrió y apareció un hombre bastante apuesto, alto, de piel blanca y cabellos rubios que caían por su frente. -Buenos días Catherine, me llamo Drew, el Amo Xavier me ha pedido que te baje a comer algo y luego te lleve a verle. Seguramente ya te vino a dar el recibimiento él mismo anoche.- Dijo entre risas. Quise preguntar que cómo sabía mi nombre y muchísimas más preguntas que aparecían por mi mente pero no estaba en situación de reprochar, así que seguí a Drew por un elegante e interminable pasillo, camino hacia un ascensor. En ese momento me acordé de aquel hombre imponente que me había hecho retorcerme a causa de un placer exquisito. Aquel hombre al que, sin saber ni su nombre, había deseado con el más absoluto recelo que pudiera imaginarme. Ahora ya sabía su nombre, Xavier... Era hipnótico.
Lili.

Cronómetro en marcha

Aunque los esfuerzos de cada persona siempre son relativos, siempre vamos a tratar de ajustarlos lo mejor posible a aquello que aspiramos a conseguir, unos mejor y otros peor, pero el resultado no siempre va a ser un indicativo real del esfuerzo realizado. Y si nos mantenemos demasiado tiempo en una misma dificultad, entonces nos acostumbramos y según va pasando el tiempo nos vamos manejando mejor.
Pero solo hace falta que pase algo para que la dificultad aumente de manera radical: que aparezca una cuenta atrás y seamos conscientes de ella. Si esa cuenta atrás existiese pero no supiésemos que existe no nos afectaría tanto, de hecho es posible que no nos afectara en absoluto. Es la sensación de saber que no tenemos todo el tiempo del mundo la que nos entorpece y bloquea. Quizás no sea el hecho de tener un tiempo limitado, sino el hecho de obsesionarnos con ello lo que nos limita. Al final casi todas las barreras están dentro de nosotros mismos.

Jack

jueves, 2 de abril de 2015

Más presentaciones

Como aquel que dice soy un recién llegado a este blog, y es la primera vez que me involucro en un proyecto como es un blog compartido. Me podéis llamar Jack, que de hecho es como casi cualquiera que me encuentre en redes sociales me conoce. Mi especialidad, si es que tengo algo así, son las entradas sobre reflexiones, y digamos que en ocasiones me encargo de hacer relatos, casi todos de combates, luchas y demás. Llevo años gestionando mis propios blogs y este proyecto me parece muy interesante. Hasta aquí la presentación parece de alcohólicos anónimos ¿verdad? a los que nos gusta escribir y expresarnos nos ocurre eso con la manía de dejar que las ideas fluyan desde nuestra mente a buscar un lugar en el mundo. Y bueno, me encanta poder formar parte de este proyecto. Espero que sigáis este proyecto, y si queréis participar podéis informaros en el correo del mismo. Espero que esto sea el inicio de una nueva andadura.

Presentación de Lili.

Bueno, quiero daros la bienvenida. Yo soy Lidia o Lili (como gustéis), con este último nombre firmaré mis publicaciones, de las cuales algunas serán textos que ya había publicado en otras partes y los reuniré aquí para que todo el que quiera leerlos, sepa donde encontrarlos. Como ya comenté por ask, tenía pensado llevar un blog (seguramente con más integrantes cuya participación será agradecida y bienvenida) así que voilà. Decidí finalmente crear este blog dado a que la censura de las redes sociales me toca mucho la moral y creo que a todos nos gustaría expresarnos con total libertad y eso es lo que pretendo. Todo aquel que quiera formar parte del blog solo tendrá que mandarme una pregunta en ask (sin anónimo) o facilitarme un correoy yo le daré más datos. Quiero que esto sea algo serio para que tenga un buen contenido por lo que no cualquier persona a la que le apetezca participar podrá hacerlo. Espero que lo que se vaya publicando les resulte grato e interesante ya que el contenido seguramente no sea concreto pues se pueden plublicar textos, imágenes, datos que crean interesantes y de más (está de más el decir que cada publicación tiene que estar escrita con palabras propias, no quiero copia y pegas de internet), y bueno, si nadie se anima a participar intentaré darle fluidez yo sola (fracaso total). Comencemos:
Para empezar y para ahorrar preguntas explicaré de dónde viene el nombre que escogí (Seppuku).
El Seppuku (más vulgarmente Harakiri) es el suicidio ritual japonés. Este suicidio era totalmente legal y ceremonial, y era el acto de mayor valor que podía realizar un samurái para recuperar el honor que había perdido mediante errores que había cometido. Este ritual (en el que se analizaba cualquier acto, gesto y movimiento) solo lo podían realizar las clases nobles y toda la ceremonia rendía homenaje al guerrero que se suicidaba para recuperar el honor.
Si quieren saber más sobre este peculiar ritual solo tienen que buscar información por su cuenta, disfruten de su estancia.
Lili.