Todas las miradas están buscando en otra dirección, y no nos apetece hacer aquello que habríamos planeado para una ocasión así en otro momento. Es mejor esperan a que miren, que vuelvan a estar atentos. Esa victoria no habría tenido apenas sentido. Y no es que ahora seamos más legales, sino que quizás buscamos algo más de emoción en lo que hacemos, más dificultad. La posibilidad de que salga mal le añade otro aliciente en el caso de que seamos capaces de conseguirlo. Y una buena excusa en el caso de que no seamos capaces de sacarlo adelante. Y nos da otra oportunidad para usar más energía, para enfrentarnos aún más con la circunstancias. Sin pensar siquiera en cómo saldrá la situación. Es una forma de obligarnos a mejorar parte de nosotros mismos que de otra manera, por comodidad, tranquilidad, o simple vagancia, no haríamos. Aún así, no es nada obligado en realidad, ya que nada que hagamos en el fondo puede serlo, pues la última decisión, siempre, es nuestra.
Jack
No hay comentarios:
Publicar un comentario