Esta noche le pido a Morfeo que me lleve con él. Que me arrastre hasta un sueño donde pueda ser feliz. Que me aleje de este mundo, de este odioso instante en el que maldigo el momento de mi nacimiento. Sólo deseo caer en sus brazos y que como la niebla, ligera, cargue conmigo hasta el final. Que haga lo que quiera con mi cuerpo pero que deje descansar mi castigado espíritu.
Yo aguardaré ansiosa su llamada, su voz susurrando mi nombre suavemente.
Y aunque no pueda volver, hoy le pido a Morfeo que me lleve muy lejos.
Abrahel.
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