miércoles, 23 de septiembre de 2015

Destruir y construir

El mundo no es bonito, rara vez nos va a gustar la visión de conjunto que tengamos de él. Allí donde nos guste el entorno o el uso que se haga de él probablemente nos asquee la forma de ser de algunos de sus habitantes, que por pocos que sean pueden amargarte el día. Y por cada persona buena que encuentres y de fiar te habrás encontrado 4 o 5 que te habrían vendido a la mínima. Por eso nos es tan importante aprender de lo que nos ocurre en el transcurso de nuestros intentos. Nada nos sirve de nada si no adquirimos conocimiento de ello, auqnue sea erróneo o generalizado (ya lo perfilaremos o ajustaremos más adelante, pero hasta el material más básico nos sirve para aprender). Por eso no podemos vivir la vida con la inocencia de un niño pequeño, pues las hordas de manipuladores, de los cuales la mayoría no lo parecen (si no su éxito sería difícil), nos van a rondar y atacar en masa, y antes de que nos demos cuenta odiaremos grandes grupos de gente que no nos han hecho nada por generalizar por unas cuantas personas que nos han roto ciertas ideas. Y luego le echamos al aire la culpa de que unos idiotas nos hayan derribado mientras tratábamos de volar.
Y aún peor, tendemos a caer en el autoengaño para convencernos de ello, pues nos cuesta un mundo ser capaces de creernos que de verdad todo el mundo es tan dañino como aquellas personas como las que nos hemos cruzado. Forzamos a la mente a estar en alerta permanente, siempre a la defensiva, y detrás de una armadura no se vive igual.

Jack

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