Muchas veces nos encontramos ante cuestiones en las que no intentamos nada o nos quedamos paralizados por el hecho de que "nunca hemos podido hacer eso". Nunca hemos podido hacer eso, lo decimos como si eso, por si solo, indicara una razón más que justificada. Valdría y pesaría más un "no quiero hacerlo" o "no me siento preparado para hacerlo", pero un "nunca he podido hacerlo" no indica nada, si acaso dejadez, ya que ni siquiera implica miedo.
Lo que pesa a la hora de hacer algo no es si alguna vez hemos podido o no hacerlo, porque incluso aunque sea cierto que nunca hayamos podido hacerlo, hay que sacar en claro la razón por la que esto llega a ocurrir. No es lo mismo no haber podido hacerlo por falta de recursos (los cuales puede que ahora si que tengamos), por falta de ganas (lo cual sería más parecido a no querer hacerlo), o por miedo a probarlo (lo cual sigue sin ser excusa racional, ya que los miedos son, realmente, irracionales, y si podemos racionalizarlo es un miedo creado por uno mismo). La razón en sí dice más que un "no he podido hacerlo".
Y es que la razón lo implica todo. Porque que no hayamos podido hacerlo en otro momento no implica nada, ya que puede que a día de hoy hayan mejorado nuestras capacidades, hayamos superado nuestros miedos o nuestros recursos para afrontarlo sean mucho más extensos. Pero claro, es más fácil basarnos en que nunca hemos podido hacerlo para ni siquiera atrevernos a intentarlo.
Jack
No hay comentarios:
Publicar un comentario