Aquello era otro mundo, y queramos o no nos apetece volver. Que al parecer, ni lo malo fue tan malo, pero lo bueno lo vemos aún mejor. ¿Y de qué nos sirve, si al pasado no podemos volver? Y da igual lo que nos esforcemos o nos empeñemos en luchar contra la física, para poder darle marcha atrás al reloj, porque nada se va a repetir de la misma forma que hemos vivido ya. Podemos volver a un lugar que fue importante para nosotros, pero ya no tendrá esa magia que tenía y, probablemente, habrá algo en él que haya cambiado de manera irreparable. Podemos volver a las personas que estuvieron en un buen momento, pero el momento, como tal, jamás se repetirá, y esa persona tampoco será la misma. Podemos guardar una foto o un recuerdo de algo o alguien, pero por mucho que queramos, esos pedazos de tiempo congelados no nos van a ayudar a revivir la sensación que vivimos cuando aquello era el presente. Y es que el pasado devora todo de manera continua, mientras estoy escribiendo esto ya se está convirtiendo en pasado, ya hará minutos, horas que se ha escrito, que ha surgido. Y es que el pasado puede ser un buen lugar para visitar, pero jamás uno en el que establecerse.
Jack
Me fascina tu blog es como un contenido interesante ya que destacas tu sensualidad como parte de tus historias, me gustaria que interpretaras el siguiente tema "Corazon entre llamas"
ResponderEliminar