jueves, 30 de abril de 2015

Rueda de la fatalidad

La perdición y la victoria tienen tantas cosas en común. Ninguna de las dos queda conforme a todo el mundo, pues quien acaba en la perdición suele querer volver a intentar para alcanzar la victoria, y a quien alcanza la victoria pronto le asaltará otro objetivo para sentirse pleno. Ambos son finales y prinpios a la vez, endemismos de mentes que nunca se sienten satisfechas y nunca se sienten realmente derrotadas. Por eso a veces parece que todo son ciclos, que todo se mueve según la posición de una rueda que gira y gira sin parar, en la que está colocado todo nuestro esfuerzo, pero que de manera periódica se frena en ciertos puntos, una y otra vez. Pero son ciclos porque nosotros dejamos que lo sea, porque andamos dentro de ese círculo sin preguntarnos porqué lo hacemos y si de verdad esto sirve para algo, porque tenemos la capacidad de salirnos de ese círculo en cualquier momento. Pero cuando el círculo está en una mala posición para nosotros no salimos porque esperamos el giro que nos lleve a la buena, y cuando estamos en la buena posición se nos olvida que la siguiente del ciclo quizás no lo sea tanto. Estamos dando vueltas constantemente sin reparar en que hay más caminos, más horizontes. Más. Solo cuando al fin la realidad nos asalte, y nos veamos cómo hemos dado vueltas una y otra vez recogiendo las migajas de lo que una vez fuimos, entonces estaremos preparados para salir del círculo.

Jack

lunes, 27 de abril de 2015

Patetismo y basugre

Y más basugre. ¿No la veis?. Crece constantemente. Cada mierda nueva que inunda a la sociedad convierte más mentes en pura basugre. Y la mayoría no será aprovechables. Ni recuperables. ¿Lo más triste?. Que a sus dueños eso les da igual. Dejamos que aquello que creamos nos maneje. Nos viene de lejos, somos humanos. Creamos dioses para entender el mundo. Luego entendimos el mundo. Y nos dimos cuenta de que no podíamos librarnos de esos dioses que habíamos creado. Patético. La creación controlando al creador. Creamos el dinero. Para controlar ¿el qué?. Ni idea, supongo que fue puro ego. Por tener una forma de medirnos unos y otros y compararnos. Y a día de hoy la mayoría mataría por dinero. O moriría por él. Y sigo sin determinar cuál de las dos cosas es más patética. Nuestras creaciones nos controlan. No somos más que monos con traje. Que podían haber sido felices cumpliendo con sus funciones fisiológicas, pero quisimos refinarnos. Maldito momento. Veíamos que el tiempo pasaba, y no sabíamos qué era. Y tratamos de definirlo. Todo para creer que teníamos poder alguno sobre él. ¿Y lo teníamos? Para nada. Ahora nuestra vida las controlan los relojes, siempre cumpliendo horarios. Más patetismo, que parece que no acaba. Deberíamos dejar de crear cosas, todas se vuelven en nuestra contra. Mil cosas que creamos ahora nos controlan. Pero somos la joya de la evolución, que no se nos olvide. Pero mejor recordarlo cuando el horario nos deje un rato libre. O cuando no tengamos que estar pendientes de enfadar a dioses que inventamos nosotros. No sea que la evolución se enfade con sus esclavos. Al final la evolución es una mala hipoteca que nos empeñamos en firmar. Y que nos hará sentir más patéticos cuanto más tiempo pase. Patetismo al cuadrado. Pero qué más da. Nuestro reloj apremia.

Jack

domingo, 26 de abril de 2015

Basugre

Siempre me he preguntado hasta qué punto nos influye lo que vemos, o lo que oímos, o lo que leemos, o simplemente lo que vivimos. Ya sea para bien o para mal, que eso, al fin y al cabo, da un poco igual, teniendo en cuenta que nuestra percepción sobre un mismo hecho puede cambiar, una y otra y otra vez. Pero es curioso que no seamos capaces de determinar hasta qué punto concreto de nuestra psique ha llegado algo que ha pasado en nuestra vida, es como escapar por nuestra culpa al control de nosotros mismos, y a la vez controlarlo todo sin saberlo. Como el que sabe que es su noche de suerte en un casino y sale de allí con los bolsillos llenos de fichas (aunque ha tenido la misma sensación que cientos de pobres diablos que han entrado antes de él pero que salen debiendo mucho dinero). Es algo que me reconcome, y no porque quiera saberlo, sino porque sencillamente sé que no puedo, eso me pone rabioso. Construimos quimeras para luego perseguirlas como si jamás las hubiéramos visto, y después nos preguntamos por qué no hacemos más que dar vueltas en círculos. Parece mentira, si nosotros mismos lo hemos predispuesto. Una vez que el cordón umbilical se rompe, empieza el juego, llegado un punto nos engancharemos a algo, llámalo, sexo, drogas, cultura, música, aceptación, éxito, o como quieras hacerlo, y nos creeremos mejores que otros solo porque nosotros creemos que nuestra adicción es la mejor. Absurdo, como si discutiéramos el amigo invisible de quién es más real. Todos tenemos la misma mierda alrededor, constante y creciente, pura basugre, pero no queremos verla ni admitirla hasta que nos sentimos derrotados. Nos puede gustar o no, pero el camino está marcado, escoge tu perdición y déjate arrastrar hasta el fin que ella te proporcione, los demás harán lo propio, y a todos nos consumirá el mismo final.

Jack

martes, 21 de abril de 2015

Otro mundo

Aquello era otro mundo, y queramos o no nos apetece volver. Que al parecer, ni lo malo fue tan malo, pero lo bueno lo vemos aún mejor. ¿Y de qué nos sirve, si al pasado no podemos volver? Y da igual lo que nos esforcemos o nos empeñemos en luchar contra la física, para poder darle marcha atrás al reloj, porque nada se va a repetir de la misma forma que hemos vivido ya. Podemos volver a un lugar que fue importante para nosotros, pero ya no tendrá esa magia que tenía y, probablemente, habrá algo en él que haya cambiado de manera irreparable. Podemos volver a las personas que estuvieron en un buen momento, pero el momento, como tal, jamás se repetirá, y esa persona tampoco será la misma. Podemos guardar una foto o un recuerdo de algo o alguien, pero por mucho que queramos, esos pedazos de tiempo congelados no nos van a ayudar a revivir la sensación que vivimos cuando aquello era el presente. Y es que el pasado devora todo de manera continua, mientras estoy escribiendo esto ya se está convirtiendo en pasado, ya hará minutos, horas que se ha escrito, que ha surgido. Y es que el pasado puede ser un buen lugar para visitar, pero jamás uno en el que establecerse.

Jack

domingo, 19 de abril de 2015

Cenizas

Consideramos la ceniza un fracaso, los restos de alguien que se consumió a sí mismo en un esfuerzo relativamente inútil, ya que si no lo fuera no habría acabado consumido. Triste, y sin embargo no tan cierto. No porque algo nos consuma hemos fracasado, no por quemarnos somos peores que el que aún arde a fuego lento, el que conserva su oxígeno y no lo quema todo en un momento de locura. A veces lo mejor que habremos hecho vendrá de habernos consumido, de haber dejado que algo nos llegará tan dentro que acelerase nuestro incendio interior, y saber, que no todo el mundo sería capaz de hacer algo así. Y no es por valentía, que da un poco igual en este caso, ni cobardía a la hora de frenar, que aquí ni aparece ni deja de aparecer, es algo más. Dejar que algo que de verdad te llena aunque sepas que te estás consumiendo es un acto de humanidad, simple humanidad, de sentir más y pensar menos, de poner menos límites a lo que creemos y queremos. Nunca somos tan humanos como cuando nos dejamos consumir por algo que realmente nos apasiona, aunque nos consuma.
Porque la gente solo mira las cenizas, durante un rato, y luego desaparece mientras invoca el fracaso desde sus labios. Pero jamás se queda a observar las cenizas, solo se va alegrándose de ser una llama tan tenue que nadie note su resplandor, a consumirse lenta y dificultosamente, mientras en el fondo piensa qué puede ser tan intenso para consumirte tan rápido y qué se debe sentir en el proceso. Y las cenizas, con el tiempo, toman forma de nuevo, y remodelan a aquella persona que se consumió, surge más fuerte, sabiendo algo más, y casi siempre queriendo encontrar algo tan intenso que vuelva a consumirle. Sabe que esa sensación no tiene precio, y como tal la busca.

Jack

sábado, 18 de abril de 2015

Lili.

Porque cuando más necesita del mundo, nunca hay nadie, solo ella. Solo ella para cuidarse, solo ella para calmar su llanto, solo ella para acabar con su dolor.
Lili.


jueves, 16 de abril de 2015

De entre las sombras.

Donde ya no hay claridad, donde solo queda oscuridad, emerge de entre las sombras un haz de luz en el que si te situas, ya no habrá dolor. Da miedo tocarla e incluso mirarla, por si al hacerlo, perturbas su calma. Se la ve tan frágil que una temblorosa caricia podría romperla, pero ahí está, esperando a ser tomada por unas manos firmes que no duden. Esperando a ser tomada por unas manos que ansíen tocarla sin modificar la serena sonrisa que, aún después de todo, sigue portando.
Lili.


miércoles, 15 de abril de 2015

Sin medias tintas

Hoy en día se lleva demasiado eso de bienquedar, y la verdad que no ayuda nada a lo poco concreta que es la gente ya de por sí. Probablemente hayamos encontrado a pocas personas realmente directas y sinceras siempre, a toda costa, y si conocemos a alguna persona así sabremos que son de las más criticadas por casi todo el mundo. Pero les da igual. Parece que por no quedar ante otros como insensibles tenemos que hacer que todo nos gusta, aunque no sea así, que algo sea socialmente aceptado no implica, de ninguna manera, que tenga que gustarnos. Y esto se aplica tanto a preferencias de música (en cuanto un grupo tiene bastantes fans parece que tiene que "agradarte" su música aunque te guste menos que comer clavos), preferencias de físico (te pueden gustar las personas delgadas, gordas, etc, pero que algo no te guste no significa que no lo respetes), preferencias sexuales, etc. Si todos fuésemos sinceros con lo que somos y lo que queremos en cada momento de nuestra vida, todo sería más fácil, mucha gente no pasaría años esperando oportunidades que no se van a producir, y otras no se comerían la cabeza por lo que no debe ser. Pero mientras todo este lleno de ganas de bienquedar, esto es algo idílico, seguiremos jugando a tener que adivinar lo que otros piensan y quieren aunque sus accines digan lo contrario.

Jack

domingo, 12 de abril de 2015

Todavía más

Por las redes sociales se me conoce como Radix.

"Radix" es una palabra que proviene del latín. Traducida literalmente significa "raíz". La palabra "radical" proviene a su vez de "raíz". Por lo tanto, en última instancia Radix significa radical. Lo elegí porque me gusta su sonoridad, porque tiene un contenido político y para hacer hincapié en lo tergiversada y malinterpretada que está la palabra "radical", lo cual es en gran medida culpa de los medios de comunicación. Un radical es alguien que va a la raíz del problema social. No es nada "malo", al contrario, es deseable. Un radical no es un terrorista, no es un violento, no es un encapuchado. Un radical es alguien que mediante el pensamiento critica la raíz sobre la que se cimienta nuestra manera de construir e interpretar los sucesos del mundo. Por lo tanto sobre eso escribiré; filosofía política con unos dejes de misantropía.

Escribo en varios blogs compartidos y algunas de las entradas que publicaré aquí ya están publicadas en otra parte. Poco más; agradezco a Lili por dejarme participar en su proyecto, espero que siga adelante.

Intolerancia adquirida

Desde que nacemos, tratan de inculcarnos lo que es normal, una y otra y otra vez. Nos dicen que lo normal es que las chicas vistan de rosa, y que los niños no; nos dicen a qué es normal que juguemos y a qué no lo es; nos dicen que es normal que nuestros días estén llenos de clases extraescolares, y que es normal no tener tiempo para jugar, por muy niños que seamos; nos dicen que es normal que el profesor nos eche la bronca si hacemos las cosas mal, sin saber si realmente las hacemos mal o el profesor se lo inventa; nos dicen que es normal no levantarse de la mesa hasta que todos hayan acabado, a pesar de que tengamos mucho que hacer y no nos dé el tiempo de sí; que es normal que en una pareja nos dejen si encuentran a alguien mejor, sin pararse a apreciar si realmente es mejor.
Y ojalá pudiésemos decir que esto para justo ahí, que dejan de tratar de convencernos que son normales cosas que aunque insulten a nuestro sentido común, la sociedad dice que lo son. Nos seguirán tratando de convencer que toda relación que se salga de lo común no es normal, que debemos vestir como lo hace la mayoría porque es lo normal, que nos tendrá que gustar la misma bazofia televisiva que a todos porque eso es lo normal, que las chicas tendrán que pelearse por entrar en una talla 34 porque es lo que venden como ideal de belleza, que un chico es normal que se acueste con muchas chicas pero que al revés es algo malo.

Y por mucho que nos digan, todos tenemos nuestro propio criterio y nos la va a sudar lo que nos digan que es normal, porque nuestro sentido común ya nos dice qué nos gusta y qué no, y ese es el punto al que vamos a llegar. Por mucho que nos intenten inculcar a fuego lo normal, lo único normal es que si tienes una mente y conciencia propias seas tú mismo el que catalogue lo que encuentras, no que te ancles a lo que otros dicen que es normal.

Jack

miércoles, 8 de abril de 2015

Imprudencia fructuosa.

14 de diciembre de 2013, una bonita mañana en la fria sierra Madrileña.
Partida de airsoft en medio del campo, extensas llanuras con alguna colina empedrada.
Sin duda un paisaje fantastico en una mañana soleada pero engañosa a la vez con unas temperaturas que rozaban los bajo cero.
En medio de un tiroteo alguien corria como si se le fuera la vida aquella mañana, era yo... Acababa de robar un paquete de suma importancia para el equipo enemigo, me perseguian mas de 8 "tangos" mientras yo corria con un equipo de 15 kilos, un M4A1 cargado de accesorios con sus respectivos cargadores almacenados en mi chaleco y una pistola beretta con un unico cargador de 17 rondas.
Poco a poco me ganaban terreno, paraba, disparaba, corria y volvia a repetir esta accion cada 20 segundos, solo me separan 500 metros de un riachuelo que tras cruzarlo entraria en una zona controlada por mi equipo donde 4 de ellos aguardaban mi llegada y que yo expresamente les ordene quedarse en tal zona estrategica para cubrir mi llegada, tras esta "extraccion" acabaria parte de la partida y nos tomariamos un descanso acompañado de un buen bocadillo, tenia ganas, ese dia comi muy poco y las fuerzas empezaron a flaquear a las 4 horas de partida.
Volviendo a la accion, yo seguia corriendo hasta que vi unas vallas y pense en saltarlas.
Las salte y cai en tierra embarrada, rode y fui cuesta abajo por un pequeño desnivel hasta que despues de rodar 5 veces me percate de que habia un pequeño barranco a unos 5 metros de mi, clave el M4 en horizontal y el cargador que tenia puesto me freno un poco, por si acaso apoye mi pie derecho en otra roca que habia para hacer de apoyo y poder levantarme, me habia salvado por los pelos, el barranco tenia aproximadamente 10 metros de altura y una caida desde esa altura me podia haber jugado una mala pasada.
Me senti solo durante esos segundos hasta que vinieron mis perseguidores para comprobar mi estado... Afortunadamente dieron el toque final y nos fuimos a descansar, por el camino explique la situacion por la que me vi envuelta y me dijeron que no volviera a hacer eso, la valla colocada era para delimitar el limite del campo y no debia ser saltada, pero ante tal situacion no lo pense y la salte.
Durante la comida me fui al lugar donde salte, me sente en una roca proxima al lugar y empece a comer tranquilamente... En verdad habia unas buenas vistas y el sitio daba una sensacion de paz realmente increible.
Desde ese dia hasta el cierre del campo siempre me fui a descansar a ese lugar... Un sitio realmente hermoso pero que casi acabo en tragedia para mi, no me habria costado la vida pero si me podia haber roto algo.

- BlackJack

Simulacros

Vivimos encontrando simulacros, haciendo de todo lo que vivimos simulacros o ensayos. Vivimos simulacros de éxitos con las pequeñas metas que alcanzamos hasta que tratamos de llegar a nuestro objetivo principal, vivimos simulacros de relaciones (entre las que puede haber algunas de ellas que sean tóxicas, aunque al ser las primeras veces que las vivimos no las reconozcamos) hasta que encontramos alguna que nos llene medianamente, vivimos simulacros de sueños hasta que nos damos cuenta de qué es lo que decidimos de verdad. Cada día es un simulacro de algo que queremos hacer y por alguna razón que no está en nuestras manos no llegamos a hacer. Estos simulacros nos dan más seguridad y tranquilidad, se concierten en campos de prueba en los que podemos mejorar nuestras capacidades, y las derrotas no serán tan dolorosas al ser la imitación de algo, pero en contrapartida un simulacro no va a dar una satisfacción tan real como la de la situación real que queremos vivir. Nos queda a medio camino del verdadero éxito y la verdadera satisfacción, como probar algo en una degustación que por mucho que nos quede buen sabor de boca no podemos tomar la cantidad que nosotros queramos. Aunque sin esos simulacros no podríamos aprender a manejarnos en el resto de situaciones, cuando los simulacros inundan tu vida se convierten en algo plástico, artificial y falsificado, con lo que te puedes contentar de manera instantánea pero cuyo efecto no durará demasiado.

Jack

martes, 7 de abril de 2015

Estabilidad inestable

A muchas personas les llama la atención la estabilidad y, de alguna manera, es lo que buscan para su día a día. Porque en cierto modo la estabilidad brinda una seguridad que muchas otras cuestiones no te pueden proporcionar. Y sin embargo, la estabilidad a largo plazo genera apatía y rutina, se convierte más en una cárcel que en un refugio, y sus paredes se hacen más pequeñas conforme pasamos más tiempo dentro de ellas sin admitir el problema. El problema es que la estabilidad, cuando nos abandonamos a ella, se acaba oxidando y de alguna manera se va convirtiendo en rutina, y la rutina es un desestabilizador en cualquier motivación que podamos tener. La rutina acaba haciendo que los esfuerzos parezcan enormes y las recompensas ridículas en comparación. Y podemos salir de esta estabilidad y rutina, pero es uno mismo el que elige cómo, ya que se puede se salir de ella poco a poco, o aguantar lo máximo posible y salir de golpe, como atravesando el cristal de una ventana para huir. Si sales poco a poco, tú controlarás en un grado bastante alto el lugar al que de alguna manera te diriges, pero si te aguantas demasiado y estallas, no sabes en qué lugar acabarás después de salir de tu rutina tras haber estallado. Y ninguna de las dos opciones son malas, ya que cada uno es dueño de sus elecciones.

Jack

domingo, 5 de abril de 2015

¡Que aún falto yo!

Muy buenas :) Mi apodo en este blog será Ripley,ya que ni nombre real no me gusta en absoluto...

Como todos explicaré de dónde viene el nombre : Ripley viene de Ellen Ripley, protagonista de la famosa saga cinematográfica de ciencia-ficción Alien.

Con esto doy a entender un poco mis gustos,todo lo relacionado con el cine y la ciencia ficción,el anime y el manga etc,que serán los temas que trate en este blog,ya que para el resto no tengo demasiado talento...

Es un placer formar parte de este proyecto y espero que guste mi información ^^

Ripley.

Y más personitas.



Buenas, mi nombre es Mónica pero firmaré todos los contenidos como Eme (apodo que me puso una amiga y he adoptado para estas cosas).

Tengo pensado subir tanto fotografías de paisajes o personas como algún texto, que suelen surgir cuando estoy triste o disgustada.

Algunas de las cosas, tanto fotos como textos quizá anden subidas a otras de mis redes sociales pero aquí quedarán agrupados.

Espero que el proyecto coja fuerza porque está muy bien pensado y me hace mucha ilusión.

Con amor, siempre:

-Eme

Puntos de inflexión

A menudo avanzamos sin saber demasiado porqué, es más, ni siquiera nos lo preguntamos, avanzamos por el pánico a quedarnos quietos, a la inmovilidad, a estancarnos, y no caemos en el hecho de que podemos estar estancados por mucho que nos queramos mover. Es más, hacer mil y una cosas sin que haya un rumbo o motivo detrás es tan inocuo como podría serlo no hacer nada. El miedo paraliza cada movimiento correcto cuando actuamos así. Necesitamos puntos de inflexión, y estos, por mucho que los busquemos, ocurren por sí solos en la mayoría de las ocasiones. Un punto de inflexión puede ser cualquier cosa importante que nos ocurra (aunque esto no implica que la hayamos provocado nosotros) y que marque un antes y un después en nuestra vida y nuestra forma de ser. Una vez que ocurra podremos elegir si hacemos pequeños cambios cambios o cambios radicales, pero de alguna manera, nosotros ya habremos cambiado algo solo con haber pasado por ese trago, y eso ya nos hace distintos. Necesitamos esos puntos de inflexión para mejorar y adaptarnos, ya que lo que hoy es una solución mañana no puede serlo de ninguna manera, y sin preparación estamos perdidos ante todo lo nuevo que nos ocurra.

Jack

sábado, 4 de abril de 2015

El insomnio ha llegado, buen momento para adelantar mi presentacion.

Buenas noches para aquellos que comparten junto a mi la necesidad casi de trasnochar ya sea por insomnio u otras multiples causas.
Mi nombre es Roberto o tambien si vosotr@s gustais podeis llamarme "BlackJack" que viene siendo mi mote de guerra que nacio de varios hobbies que actualmente practico y que ahora nombrare.
Aqui hablare sobre asuntos belicos o relacionados con la guerra, tratare principalmente historias que van desde la segunda guerra mundial hasta historias recientes que esten dentro de mis conocimientos o vaya descubriendo, ya sean historias merecedoras de contar o simples momentos curiosos que a lo largo de la humanidad han ocurrido en estos episodios violentos que nos distinguen aun como raza destructiva.
Soy airsofter desde hace 4 años asi que tambien en alguna ocasion contare alguna "batallita" o "momento "que me ha ido pasando a lo largo de este tiempo en la practica de este "deporte", que tengo unas cuantas, unas graciosas y otras en las que ha peligrado hasta mi vida.
Tambien soy piloto virtual del caza F-16, mi mote viene precisamente de esto, ya contare en algun momento el origen por que tiene su curiosidad y casualidad.
En fin, un placer poder compartir con vosotr@s algunas palabrejas en este blog.
¡Un saludo!
BlackJack.

Y de nuevo, más presentaciones.

Bien, yo soy Abrahel. No es mi nombre real; por supuesto es un pseudónimo. Encontraréis ese nombre al pie de todos mis escritos. Abrahel (para los curiosos e interesados) es el nombre de un demonio femenino. ¿Por qué? Porque me encanta la demonología.
Alguna vez trataré este tema, y los espiritualismos, que me interesan en parte. Pero principalmente escribiré sobre literatura y arte, dos de mis pasiones. Disculpadme si alguna vez mientras leéis encontráis algunas cosas de las que digo sin sentido, ya que suelo enrollarme mucho y acabo hablando de otras cosas.
Y no os asustéis si véis un relato de terror firmado con mi nombre, se me da bien escribir este tipo de cosas.
Bueno, creo que esto es todo de momento así que me despido...
¡Un saludo!
Abrahel

viernes, 3 de abril de 2015

A.

Hace horas que estoy sola en esa especie de trastero oscuro. Sigo sentada con los ojos vendados en aquella silla medio rota, y escucho como se abre una puerta, por lo que me tenso. Con paso ligero oigo como se acerca, e intento liberarme las manos pero no puedo, las tengo sujetas al respaldo de la silla. Se acerca por detrás de la silla a escasos centímetros de mí, me agarra del pelo y tira con fuerza echándome la cabeza hacia atrás a la par que se me escapa un grito. Oigo una leve risa y no hace nada. Nada se mueve, nada suena hasta que segundos después se acerca para acariciarme el cuello con los labios y finalmente morderme con tanta fuerza que comienzo a sangrar pero esta vez no he gritado, solo he podido dejar caer un par de lágrimas mientras él me tapaba la boca con fuerza.
Me suelta el pelo y noto un gran alivio, siento como comienza a dar vueltas a mi alrededor observándome entre risas y yo no me atrevo a dejar salir ni una palabra de mi boca. Me esfuerzo por no gritar o llorar, me esfuerzo por mantener la calma. De repente se coloca detrás de mí y se agacha a desatarme las manos para seguidamente de un tirón levantarme pero aun sigo con los pies atados y pierdo el equilibrio, cayendo de rodillas a sus pies. Él me da una bofetada y me ordena que me levante. Yo obedezco entre sollozos y me esfuerzo por no perder el equilibrio mientras él se divierte dándome pequeños empujones. Al cabo de un rato de un fuerte empujón me tira al suelo, se agacha a recogerme y me coloca en una posición bastante cómoda de rodillas. No sé qué es lo que hará ahora, pero mis dudas se disipan al notar como de repente me penetra la boca atrayéndome hacia él sujetándome desde la nuca. Siento ganas de vomitar pero él no cesa hasta que al fin siente piedad y me deja respirar por un momento, el cual es efímero, ya que vuelven las continuas penetraciones a mi garganta.
Al cabo de aproximadamente un cuarto de hora, me deja descansar acurrucada en el suelo mientras se prepara para su siguiente capricho. Cojo aire y sigo intentando mantener la calma cuando de pronto me agarra del pelo y, aun tumbada, me arrastra por el suelo hasta un rincón. Yo forcejeo y pataleo, pero no sirve de nada. Para mi sorpresa, se dispone a quitarme la venda de los ojos y cuando ya a terminado, pestañeo un par de veces para acostumbrar mi vista a esa oscuridad. Veo una pequeña ventana por la que se filtra la luz de la luna y justo esos reflejos van a parar hasta aquel rincón al que me ha llevado. Me baja el tanga y yo cierro las piernas por lo que él se enfurece, me abre las piernas con fuerza y sin dudarlo me la mete. Yo miro para otro lado mientras se me humedecen los ojos, pero él me arrea una bofetada, me sujeta la cara y con una voz firme y serena me dice "quiero que me mires a la cara en todo momento, putita, sino lo haces volveremos a las arcadas, ¿me has entendido?" a lo que rápidamente contesto asintiendo con la cabeza. No logro verle bien el rostro, pues está de espaldas a la luz, pero noto como sus gestos son serios e inquebrantables. Me abre más las piernas para introducirse más en mí y coloca su torso a escasos centímetros de mis pechos desnudos. Sus penetraciones son lentas pero bruscas, pero poco a poco va incrementando el ritmo y cada vez con más fuerza por lo que yo no puedo evitar gritar y ya no sé si es de dolor o de placer. Me abre las piernas hasta el extremo y ha pasado de estar a escasos centímetros de mí a estar fundido sobre mi piel. Me agarra la pierna derecha y me la sube hasta colocarla sobre su hombro para acelerar más aun el ritmo entre resoplidos. Noto en su expresión y su mueca de placer que está al borde del éxtasis cuando de pronto me la saca bruscamente para terminar corriéndose por todo mi pecho y parte de mi boca. Se aparta de mí y me ordena que me limpie yo misma rebañando los restos de su semen de mi cuerpo como si de yogur se tratase, y me los tragara. 
Lili.

Catherine.

Me desperté aturdida mirando hacia todos lados tratando de ubicarme, pero no lo logré. Aquel cuarto me era totalmente desconocido. De un salto salí de la cama, me puse en pie y me apresuré a la puerta, descubriendo con horror que la habían cerrado desde fuera. Escuché un ruido y pegué la oreja a la puerta. Alguien se acercaba, así que eché a correr por el inmenso cuarto para meterme de nuevo en la cama. Oí como se abría la puerta y, disimuladamente, abrí un poco los ojos para ver quién había entrado. Era un hombre alto, de piel morena y de largo cabello negro recogido en una trenza. Era muy atractivo y con paso firme se estaba acercando a la cama. Yo me tensé al ver que se había tumbado a mi lado. De repente noté como una de sus manos se posaba sobre mis pechos mientras que deslizaba la otra una y otra vez por mi entrepierna. Aquella situación me resultaba muy extraña pues a pesar de no saber quién era aquel hombre, mentiría si dijese que aquello me desagradaba ya que en cierto modo me excitaba de una manera incontrolable. Sin previo aviso, acercó su boca a mi oído para susurrarme con una voz bastante erótica: -Querida, no te hagas la dormida, que sino no lo vas a disfrutar enteramente. Yo me ruboricé mientras él se reía, y me aparté, exigiéndole saber quién era él y dónde me encontraba pero con un ligero tirón me tumbó y rápidamente se dispuso a quitarme los pantalones con pasmosa habilidad. Seguidamente deslizó su mano derecha entre mis piernas, acarició la cara interna de mis muslos y, esquivando mi tanga, introdujo dos dedos dentro de mí. No pude contenerme y un gemido rasgado brotó de mi garganta. Él no dejaba de mover los dedos que se hallaban en mi interior. Introdujo un tercero. Me besaba el cuello y con la mano que le quedaba libre me arrancó la camiseta. Lamía cada parte de mi cuerpo, yo estaba exhausta, gemía, me retorcía, estaba totalmente rendida a ese hombre. Sentía que en cualquier momento iba a explotar, y de repente sacó los dedos. Yo hice una mueca de desesperación pues estaba deseando que volviera a masturbarme con aquellos ágiles dedos expertos. Me fui a incorporar pero aquel desconocido me agarró de la cintura y con un brusco empujón me puso bocabajo, pero elevándome el trasero. Vi como se desabrochaba el pantalón y, antes de que pudiera hacer nada, introdujo su miembro lubricado en mi culo. Se retiró un poco y una segunda metida me abordó. Metida tras metida. Embestidas brutales. No sabía quién era ese hombre, pero si algo sabía era que jamás nadie me había follado de ese modo. Yo estaba envuelta en sudor, gemidos. Me agarraba desesperadamente a la almohada y hundía la cara en ella para no gritar. Como un regalo, aquel hombre comenzó a masturbarme a la par que seguía haciendo uso de mi culo. Se formó un cúmulo de sensaciones. Un intenso placer me recorría todo el cuerpo y era tan intenso aquello que comencé a temblar. Mi cuerpo era suyo. Estaba en sus manos, si me soltaba caería desplomada. En mi cabeza solo imploraba que no parase, que me la metiese hasta el fondo y no cesara aquella extasíaca sensación que me recorría por completo. De repente todo aquel placer se concentró en la parte interna de mi clítoris y terminé en una explosión de calor, con violentas sacudidas. Aquel excitante desconocido me había hecho llegar al orgasmo más intenso y placentero de toda mi vida, no podía creerlo. Él me soltó suavemente y me acarició la cara. Yo aún estaba envuelta en una capa de sudor y temblores. Me dio un beso en la frente, se vistió y se fue. No entendía lo que había pasado, solo sabía que aquello no acabaría ahí.
Tras una larga noche de incertidumbre y de largas inspecciones a fondo de aquel inmenso cuarto, sin hallar nada de mi interés, decidí esperar pacientemente a que alguien viniera a buscarme, con la vaga esperanza de que fuese aquel atractivo hombre que me hizo temblar de placer. Horas y horas pasaron, yo ya me había vestido y estaba alerta de la puerta, hasta que escuché unos pasos aproximándose a mi cuarto y me tensé. La puerta se abrió y apareció un hombre bastante apuesto, alto, de piel blanca y cabellos rubios que caían por su frente. -Buenos días Catherine, me llamo Drew, el Amo Xavier me ha pedido que te baje a comer algo y luego te lleve a verle. Seguramente ya te vino a dar el recibimiento él mismo anoche.- Dijo entre risas. Quise preguntar que cómo sabía mi nombre y muchísimas más preguntas que aparecían por mi mente pero no estaba en situación de reprochar, así que seguí a Drew por un elegante e interminable pasillo, camino hacia un ascensor. En ese momento me acordé de aquel hombre imponente que me había hecho retorcerme a causa de un placer exquisito. Aquel hombre al que, sin saber ni su nombre, había deseado con el más absoluto recelo que pudiera imaginarme. Ahora ya sabía su nombre, Xavier... Era hipnótico.
Lili.

Cronómetro en marcha

Aunque los esfuerzos de cada persona siempre son relativos, siempre vamos a tratar de ajustarlos lo mejor posible a aquello que aspiramos a conseguir, unos mejor y otros peor, pero el resultado no siempre va a ser un indicativo real del esfuerzo realizado. Y si nos mantenemos demasiado tiempo en una misma dificultad, entonces nos acostumbramos y según va pasando el tiempo nos vamos manejando mejor.
Pero solo hace falta que pase algo para que la dificultad aumente de manera radical: que aparezca una cuenta atrás y seamos conscientes de ella. Si esa cuenta atrás existiese pero no supiésemos que existe no nos afectaría tanto, de hecho es posible que no nos afectara en absoluto. Es la sensación de saber que no tenemos todo el tiempo del mundo la que nos entorpece y bloquea. Quizás no sea el hecho de tener un tiempo limitado, sino el hecho de obsesionarnos con ello lo que nos limita. Al final casi todas las barreras están dentro de nosotros mismos.

Jack

jueves, 2 de abril de 2015

Más presentaciones

Como aquel que dice soy un recién llegado a este blog, y es la primera vez que me involucro en un proyecto como es un blog compartido. Me podéis llamar Jack, que de hecho es como casi cualquiera que me encuentre en redes sociales me conoce. Mi especialidad, si es que tengo algo así, son las entradas sobre reflexiones, y digamos que en ocasiones me encargo de hacer relatos, casi todos de combates, luchas y demás. Llevo años gestionando mis propios blogs y este proyecto me parece muy interesante. Hasta aquí la presentación parece de alcohólicos anónimos ¿verdad? a los que nos gusta escribir y expresarnos nos ocurre eso con la manía de dejar que las ideas fluyan desde nuestra mente a buscar un lugar en el mundo. Y bueno, me encanta poder formar parte de este proyecto. Espero que sigáis este proyecto, y si queréis participar podéis informaros en el correo del mismo. Espero que esto sea el inicio de una nueva andadura.

Presentación de Lili.

Bueno, quiero daros la bienvenida. Yo soy Lidia o Lili (como gustéis), con este último nombre firmaré mis publicaciones, de las cuales algunas serán textos que ya había publicado en otras partes y los reuniré aquí para que todo el que quiera leerlos, sepa donde encontrarlos. Como ya comenté por ask, tenía pensado llevar un blog (seguramente con más integrantes cuya participación será agradecida y bienvenida) así que voilà. Decidí finalmente crear este blog dado a que la censura de las redes sociales me toca mucho la moral y creo que a todos nos gustaría expresarnos con total libertad y eso es lo que pretendo. Todo aquel que quiera formar parte del blog solo tendrá que mandarme una pregunta en ask (sin anónimo) o facilitarme un correoy yo le daré más datos. Quiero que esto sea algo serio para que tenga un buen contenido por lo que no cualquier persona a la que le apetezca participar podrá hacerlo. Espero que lo que se vaya publicando les resulte grato e interesante ya que el contenido seguramente no sea concreto pues se pueden plublicar textos, imágenes, datos que crean interesantes y de más (está de más el decir que cada publicación tiene que estar escrita con palabras propias, no quiero copia y pegas de internet), y bueno, si nadie se anima a participar intentaré darle fluidez yo sola (fracaso total). Comencemos:
Para empezar y para ahorrar preguntas explicaré de dónde viene el nombre que escogí (Seppuku).
El Seppuku (más vulgarmente Harakiri) es el suicidio ritual japonés. Este suicidio era totalmente legal y ceremonial, y era el acto de mayor valor que podía realizar un samurái para recuperar el honor que había perdido mediante errores que había cometido. Este ritual (en el que se analizaba cualquier acto, gesto y movimiento) solo lo podían realizar las clases nobles y toda la ceremonia rendía homenaje al guerrero que se suicidaba para recuperar el honor.
Si quieren saber más sobre este peculiar ritual solo tienen que buscar información por su cuenta, disfruten de su estancia.
Lili.