Todo el mundo pasa de vez en cuando por alguna situación de bloqueo extraña, en la que aunque puedes hacer todo lo que sueles hacer de manera normal sin malos resultados, notas que algo no va como solía ir. A veces se nota es que no te apetece dibujar, otras en que no tienes inspiración para leer, y otras para escribir, a veces solo la gente quiere estar a solas, y otras sin embargo tiene pánico a quedarse sola. Ningún bloqueo es igual a otro. Y está claro que para salir de un bloqueo tenemos que encontrar algo que nos estimule en aquello que nos cuesta trabajar. ¿Qué será? Es difícil saberlo de antemano, ya que simplemente algo ocurrirá y hará clic en nuestra cabeza y a partir de ahí saldremos del bloqueo, de manera tan repentina como entramos probablemente. Y cada uno de esos bloqueos nos acaba revelando algo de nuestra naturaleza, ya sea por su origen o su resolución, son nudos entre el tiempo de recuerdos, puntos de no retorno no elegidos, y como tal, debemos dejar que fluyan y no obsesionarnos, pues de ellos no se sale de manera obligada, aunque sea uno mismo el que se obligue. Es una tormenta que azota el barco en alta mar y no nos debe preocupar la velocidad del barco, solo que seamos capaces de mantenerlo estable y que no se hunda hasta que la tormenta pase.
Jack
domingo, 23 de agosto de 2015
sábado, 8 de agosto de 2015
Autoengaño consciente
¿Buscas algo con un nombre o le pones ese nombre buscado a aquello que quieres encontrar? Cada vez menos gente busca lo que se supone que busca, no busca esa versión original de lo que querría haber encontrado, sino que busca algo parecido y lo más moldeable posible (de hecho es casi más importante que sea moldeable a que sea parecido). Ya sea una afición, por ejemplo, (te gusta hacer X cosa y por algún motivo o casual no puedes hacerlo, por lo que buscas algo que te resulte parecido y de esa manera vuelcas todas tus expectativas en ello hasta que creas que es lo mismo que buscabas), o una persona (no encuentras una persona con las características que quieres en una pareja, pero al no encontrarlo, o encontrarlo y no atrever a intentarlo, encuentras algo parecido a lo que poder moldear hasta que parezca lo que tú querías, de manera que por un tiempo calmas tus expectativas, pero a la larga el autoengaño pierde fuerza). Autoengañarnos es absurdo, pero hacerlo con total conocimiento de causa es más triste aún, si queremos algo, vayamos a por el premio completo, no nos quedemos con algo parecido para evitar tener que seguir luchando.
Jack
Jack
miércoles, 5 de agosto de 2015
Espejo roto
El espejo en el que siempre te miraste está roto. Tú mismo lo rompiste el día que decidiste seguir un camino distinto. No hiciste mal, por el camino que ibas no había nada para ti. Pero en el siguiente no tienes ni idea de lo que habrá. Y ya no tienen ningún espejo en el que verte para saber si el nuevo camino te ha cambiado. Te tratas de observar el charcos, en ríos, pero cualquier movimiento del agua desfigura la imagen que tienes delante. Y al final decides que no te tienes que mirar y controlar, solo seguir el camino y dejar que haga contigo aquello que tú hayas elegido que haga. Y acabas encontrando otro espejo en el nuevo camino, y vuelves a tratar de no parecer diferente ante el mismo. Y entras de nuevo en la espiral de conformismo que el camino anterior te atrapó. Pero ya nadie puede atraparte, tu alma camina por delante de tus propios pasos. No eres consciente pero luchas contra ello, internamente, con tu mayor fuerza. Acabas durmiendo al lado del espejo, y al despertar por la mañana ves que está roto y tienes que volver a cambiar de carril, de camino.
Sonríes mientras emprendes tus nuevos pasos. Sabes que has vuelto a ser tú quien ha roto ese espejo. Te has vuelto a salvar. Y seguirás haciéndolo.
Jack
Sonríes mientras emprendes tus nuevos pasos. Sabes que has vuelto a ser tú quien ha roto ese espejo. Te has vuelto a salvar. Y seguirás haciéndolo.
Jack
domingo, 2 de agosto de 2015
Uniforme
Pensamos que todo va a ir recto, como un tiro, solo porque hemos invertido (o al menos lo creemos) lo suficiente como para que lo que hacemos sea un tremendo y completo éxito. Y las situaciones son entes que consumen nuestro esfuerzo, que nos pide más y más cada vez, hasta que se cierran. Cuando más tiempo mantenemos una situación abierta, por bien o mal que vaya, mayor es el nuevo esfuerzo que nos pide, tanto emocional como mental, que dicha situación nos exige. Y toda situación exige cada vez más hasta que llega el momento que la cerramos. Y podemos aguantar varias situaciones de este tipo a la vez consumiendo nuestro esfuerzo y energía, pero llega un momento en el que son demasiados frentes abiertos y hay alguno de ellos en los que vamos a empezar a flaquear, de manera terriblemente inconsciente, y puede ser un tema que tenemos ahí acumulado por pereza o el más importante de todos los temas que tenemos abiertos en nuestra vida. No elegimos qué frente falla, y éste puede desembocar en un mal menor (una situación que llevaba mucho abierta pero que no pasaba de ser una mera alucinación con un porcentaje para ocurrir realmente muy pequeño) o desestabilizar todo nuestro mundo.
Por eso, cerrar aquellos temas que sinceramente sepamos que no le podemos sacar más rendimiento no solo es lógico, sino que también, de alguna manera, es necesario. Para nuestra propia mente, y el reparto de nuestra energía.
No puedes vencer todas tus batallas, pero puedes elegir cuáles luchar.
Jack
Por eso, cerrar aquellos temas que sinceramente sepamos que no le podemos sacar más rendimiento no solo es lógico, sino que también, de alguna manera, es necesario. Para nuestra propia mente, y el reparto de nuestra energía.
No puedes vencer todas tus batallas, pero puedes elegir cuáles luchar.
Jack
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